El microbús tiene el máximo nivel de autonomía, un nivel cinco, que viene adjudicado por la inexistencia de conductor: no dispone de puesto de conducción ni hay personas responsables de su movimiento. “Frente a proyectos ya existentes, como los coches de Uber o Google que circulan por California, nuestro diferencial es precisamente ese, que todo lo que se está probando a nivel internacional son niveles cuatro y siempre hay un conductor detrás de unos mandos que puede tomar el control en un momento determinado ante una situación de riesgo. Nosotros no vamos a tener esa posibilidad, nuestro vehículo es autónomo al cien por cien”, señala José Luis San Román, catedrático del Departamento de Ingeniería Mecánica de la UC3M.
Esto se ha conseguido gracias al desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y de percepción, que se han incorporado al vehículo y en los que ha trabajado un grupo multidisciplinar de los departamentos de Informática, Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad, bajo la dirección del Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles Duque de Santomauro. “Uno de los principales retos tecnológicos que hemos tenido en este proyecto es que circula en una montaña, que es un elemento no estructurado e implica problemas en cuanto a la localización del propio vehículo".
Otros problemas han sido el de la percepción, pues prácticamente todo el entorno es oscuro, y el del control que tiene el autobús. Allí existen unas cuestas muy escarpadas y necesitamos estar completamente seguros de que el vehículo sea capaz de subir y bajar sin ningún problema”, apunta Pablo Marín, investigador del Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles de la UC3M.
Para contrarrestar esos inconvenientes, el equipo trabaja con toda una batería de sistemas inteligentes a bordo del vehículo. Además de una tecnología GPS diferencial para garantizar la geolocalización del vehículo con una precisión de uno a dos centímetros, cuenta con sistemas LÍDAR que detectan obstáculos, tecnología para la localización del autobús en todo momento, así como cámaras 3D y otros programas específicos para la conducción y para el control remoto.
A nivel medioambiental, al estar diseñado sobre una plataforma eléctrica, elimina las emisiones locales. Pero, además, los sistemas de inteligencia artificial y percepción permiten optimizar el consumo en movimiento. “Es decir, un vehículo eléctrico conducido por una persona no sería tan eficaz como lo va a ser nuestro sistema, que cuenta con una navegación predictiva adaptada en cada momento a las circunstancias que nos encontremos en la ruta”, explica San Román.
Primera prueba en entorno urbano
La primera demostración en carretera del prototipo tuvo lugar el 20 de septiembre en Leganés (Madrid), en el marco de la Semana Europea de la Movilidad. El vehículo, con representantes institucionales y medios de comunicación a bordo, hizo un recorrido circular de unos 400 metros, a una velocidad media de 8 kilómetros por hora, en modo totalmente autónomo. El objetivo es que pueda estar circulando ya en Lanzarote la próxima primavera.
La legislación actual no contempla la circulación de estos vehículos, y a día de hoy tampoco existen seguros adaptados a este modo de conducción. Por esta razón, el equipo también trabajba para conseguir la homologación de vehículos autónomos, "de manera que puedan desplazarse por las carreteras de España sin ningún problema y con el máximo nivel de seguridad”, señala Javier García Guzmán, investigador y profesor del Departamento de Informática de la UC3M.
CITIES Timanfaya se desarrolla en el marco del proyecto “Smart Islands”, que tiene el objetivo de hacer más sostenible el turismo local. Junto a la UC3M, la Asociación Española de la Carretera y 2RK, participan en el proyecto las empresas Albufera Energy Storage, Cesvimap, GMV, SGS-GMR, Mapfre y VTI.