El equipo de la Universidad Privada Boliviana (UPB) con su prototipo Eddy triunfó en la categoría de coches Híbridos, mientras que el de la Unidad de Desarrollo de Energías Alternativas (UDEA), con su prototipo Ozel V 3.0, lo hizo en la de Innovación.
El Eddy (Electric Dynamic Design) es el fruto del trabajo de 16 estudiantes de las carreras de Ingeniería Electromecánica, Ingeniería Industrial y Sistemas e Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones de la UPB. Destacan en el prototipo, entre otros elementos, la suspensión. Su costo fue de 5 mil dólares
Por su parte, el Ozel 3.0 es un biplaza, revestido de policarbonato, de 230 kilos de peso y con una autonomía de 64 kilómetros. Tiene un sistema de monitoreo de cada celda de las baterías y del motor. Significó una inversión de 4 mil dólares.
Dos fueron los equipos que puso en competencia la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), uno con el prototipo Franki y el otro Lento-Violento, en ambos con participación de estudiantes de las carreras de Ingeniería Mecánica, Electromecánica e Industrial.
El monoplaza Franki pesa 120 kilos, suspensión independiente en cada rueda, panel solar flexible y un software para controlar en tiempo real velocidad, estado de las baterías y motor. Ha costado cerca de 3 mil dólares.
Por su parte, Lento-Violento alcanza una autonomía de 80 km y pesa 62 kilos. ¿Su costo? 2 mil dólares.
El quinto equipo, Panis -que sólo pudo integrarse a la competencia en el segundo día de carrera-, es el híbrido Anton, diseñado y construido por Marco Antonio Paniagua, que funciona tanto con energía fotovoltaica, con la que puede alcanzar hasta 50 kilómetros por hora, como a tracción humana. Costó casi 3 mil dólares.
Este Grand Prix, a diferencia de los dos anteriores, fue el primero en realizarse a través de distintos departamentos del país, entre los lindantes de Cochabamba y Chuqisaca.