JORGE MORALES DE LABRA
“A la mayoría de la gente le vale el coche eléctrico, lo que pasa es que no lo sabe”
Llevamos años escuchando que el coche eléctrico va a irrumpir con fuerza en el mercado y, sin embargo, esto no acaba de ocurrir. ¿A qué cree que se debe?
La primera causa es el desconocimiento generalizado de la gente. A una gran parte de las familias en España que tienen un segundo coche les interesaría claramente tener uno eléctrico. Y no por motivos medioambientales sino puramente económicos. Actualmente, comprar un coche eléctrico, en la mayoría de los casos, sale más barato que adquirir uno convencional.
¿El coste del coche eléctrico no supone, entonces, un impedimento?
Es verdad que el coche eléctrico tiene un coste inicial mayor, exige un pago por anticipado mayor que el que tiene un coche con motor de combustión, pero el eléctrico también se puede financiar.
Vd optó por la fórmula de renting para adquirir su vehículo. ¿Lo hizo así por alguna razón especial?
En mi caso esta era la mejor fórmula ya que se trata de un coche de empresa. El renting incorpora todos los costes de mantenimiento, seguros, etc, lo único que tienes que sumarle es el coste de combustible, ninguno más. Pero esto no significa que el renting sea lo mejor para todo el mundo. También se puede recurrir a un crédito al consumo, que es lo que mucha gente hace cuando compra un coche convencional. Cierto es que hay que dar con la entidad financiera adecuada, porque muchas no conocen este producto y ofrecen créditos caros.
Otro aspecto a tener en cuenta es el coste de las baterías, bastante elevado. ¿Tampoco supone esto un condicionante?
No, por varios motivos. En primer lugar, en caso de que decidas comprar y no alquilar el coche, las marcas, por lo menos las que yo conozco, te permiten alquilar la batería, para eliminar ese riesgo. Y las baterías tienen una garantía muy importante, fácilmente de 10 años.
¿Dónde carga Vd el coche?
Lo cargo en mi casa. Programo el coche a través de una aplicación del propio vehículo para cargar al 80% por las noches y, tras más de un mes, ningún día me he encontrado con que no le haya dado tiempo a hacerlo en las 6 horas programadas.
¿Ayuda el coche eléctrico a ser más consciente del gasto energético?
Indudablemente. El coche eléctrico tiene muchos sensores que ayudan a que el usuario vea la cantidad de energía que consume. Miden también la capacidad y la temperatura de la batería, uno de los aspectos más importantes ya que a temperaturas muy bajas las baterías de litio funcionan mal. Por eso el coche incluye un sistema de calentamiento para elevar la temperatura de la batería cuando hace demasiado frío. Otro indicador clave es la capacidad de la batería. En el mío, por ejemplo, va indicado en líneas: la carga máxima, al 100%, son 20 líneas. La garantía te cubre que después de diez años, tendrás al menos 16 líneas, el 80% de la carga. Es decir, te garantizan que si haces 100 km al día con el coche, al cabo de diez años vas a poder seguir haciendo 80. Si no necesitas realmente para tus trayectos diarios ese 20% adicional de batería, quizá lo adecuado es comprar la batería, no alquilarla.
¿No es demasiada escasa la autonomía de estos coches?
Es verdad que la autonomía limita a mucha gente, pero también es cierto que se trata de un tema cultural. Cuando analizas el uso real que haces del coche, compruebas que casi nunca haces más de 100 km diarios. Al menos quienes vivimos en entornos urbanos. Además, si circulamos casi todo el tiempo por la ciudad, donde la velocidad media es muy baja y teniendo en cuenta que el vehículo recupera energía en cada frenada, veme que apenas consume, es como un mecherito. Claro que si lo pones a 100, el consumo ya no es tan pequeño y la autonomía, que sobre el papel es de 190 km, se reduce. He comprobado que en mi caso, que hago trayectos por la ciudad y por las vías de acceso, la autonomía real es de 130 km. Pero casi nunca necesito hacer ni siquiera esos 130 km. Mi promedio es de 30 km al día. Muy estándar.
¿No sirve, entonces, el coche eléctrico para viajar?
Esta es una cuestión también importante. ¿Te puedes ir con el coche eléctrico al pueblo, que está a 200 km? Si hubiera una red de recarga rápida podría hacerlo, sí, pero no creo que fuera práctico para la mayoría de la gente. Esto nos lleva a preguntarnos si la forma de movernos que aún tenemos tiene sentido. El problema es que partimos de una situación en la que disponemos de vehículos que tienen 700 km de autonomía cuando en la mayor parte de los usos habituales no hacemos ni 100.
Una alternativa sería alquilar un coche de combustión cuando hace falta…
Sí. Si a tu vehículo eléctrico sumas el coste de alquilar un coche de combustión para utilizarlo dos días al mes, por ejemplo, los costes son iguales que los de tener un coche convencional en propiedad durante los 365 días al año. Y por supuesto, el impacto en conducción y contaminación es infinitamente menor.
En todo caso, si se ampliara la autonomía del coche eléctrico, habría más personas interesadas en comprarlo y esto resultaría beneficioso en términos de reducción de emisiones.
Es cierto que cuanto más te vas acercando con el eléctrico a lo que ofrece el de combustión, hay menos reticencias hacia él por parte de la mayor parte de los ciudadanos. Sin embargo, quienes propugnan un cambio radical en nuestra forma de movilidad consideran que ese enfoque nos lleva a repetir los mismos errores. Yo estoy en un punto más intermedio. Mi opinión es que no podemos pretender cambiar el modelo energético de la gente a golpe de imposiciones, hay que acercarse más a la realidad. Por eso soy partidario de que se mejoren tanto la autonomía de la batería como el tiempo de recarga. Pero insisto: a la mayoría de la gente le vale el coche eléctrico actual, lo que pasa es que no lo sabe.
¿Sería bueno, en cualquier caso, poner puntos de recarga rápida a lo largo de las carreteras?
Si hubiera coches eléctricos con autonomías de 300 km sería completamente lógico que hubiera puntos de recarga rápido (60% de carga en media hora) a lo largo de las carreteras.
Díganos qué es lo que más le gusta de conducir un eléctrico
La sensación de conducción es muy relajante. Al principio lo que más llama la atención es el silencio, de hecho estos coches llevan un zumbador para que lo oigan los peatones y los animales….Además, el coche te incita a conducir de forma más calmada y más eficiente. Cuando empiezas a conducir un eléctrico, no quieres volver a conducir uno convencional.
¿Y algo que no le guste?
La verdad es que no. Pero tienes que aprender que este coche sirve para lo que sirve, no para devorar kilómetros.
JOSÉ LUIS RODRIGUEZ
“Me encanta la aceleración de estos coches”
En Madrid soy solo dos los taxistas que conducen un coche eléctrico. ¿A qué cree que se debe?
Dentro de poco habrá tres…. Pero respondiendo a la pregunta, creo que se debe a que existe poco conocimiento sobre el coche eléctrico, y la escasa infraestructura para recargar es un obstáculo. En Barcelona lo tienen solventado, tienen cargadores rápidos por las calles y, además, son gratuitos. Allí se ha creado una flota de eléctricos, tanto de taxis como de coches particulares, que ya quisiéramos tenerla aquí en Madrid.
Vd utiliza el coche profesionalmente ¿Qué fue lo que le llevó a decantarse por un eléctrico?
Llevaba años queriendo tener un coche eléctrico, fundamentalmente por razones medioambientales. Cuando renové mi anterior taxi hace seis años (un Skoda familiar que se ha quedado como coche particular), intenté comprarlo pero entonces el único que había en el mercado era el Prius, un híbrido que hasta 30 km/h va en eléctrico pero que pasada esa velocidad va en térmico. Así que en cuanto salió el Nissan Leaf pensé: ahora sí! Ni siquiera esperé a tener que renovar la licencia para comprarlo.
Ya lleva cerca de un año conduciéndolo. ¿Es cómodo y fácil de conducir?
Sí, y a lo bueno te acostumbras enseguida. El eléctrico es una pasada.
¿Cuántos kilómetros hace cada día?
Un mínimo de 200. Salgo siempre de casa con la batería cargada, la cargo por la noche. Contraté la tarifa nocturna y me sale por 33 € al mes. Con esa carga suelo hacer cien, ciento y pico kilómetros. Cuando llego a ese límite voy a uno de los concesionarios Nissan de carga rápida, marca gracias a la cual estamos pudiendo trabajar (se refiere a él y al otro taxista que conduce en Madrid un coche eléctrico), y en 25 minutos tengo el 80% de la batería recargada. La única pega es que tienes que ajustarte a unos horarios ya que algunos concesionarios cierran a la hora de comer y eso limita algo tu trabajo. Si un día se te da bien, algunos he hecho más de 300 km, tienes que hacer dos recargas. En Barcelona es lo que hacen.
¿Sería aconsejable que Madrid imitara a Barcelona y pusiera puntos de recarga rápida en la ciudad?
Claro. En Madrid existe una metrolinera, un punto de carga rápida que aprovecha la frenada del tren para inyectar esa energía en una gran batería que alimenta el punto de recarga. Es la forma ideal, la cuadratura del círculo. Los coches eléctricos y los híbridos también recuperan energía en la frenada. Pues eso, aplícalo a un convoy de tren… Imagina que en cada estación (de metro) hubiera un punto de recarga… Lo malo es que la metrolinera se ha estropeada y no la han reparado todavía. Imagino que como se trata de un servicio gratuito, el mantenimiento es malo. Ese es un problema habitual en otros puntos de recarga en Madrid, que al ser gratuitos cuando fallan no los arreglan.
Y el precio del vehículo, ¿no supone un obstáculo?
Un taxi eléctrico es más caro que un taxi normal, pero hay subvenciones muy potentes. Mi taxi tiene un precio de 27.000 €. Cuando lo adquirí el gobierno central daba 6.500 euros, que automáticamente me descontaron a la hora de pagar. Es decir, en vez de 27.000 € pagué 20.500. También hay ayudas de la Comunidad de Madrid, que en mi caso fueron de 6.000 euros. Además, el Ayuntamiento de Madrid tiene otras ayudas, que reparte entre todos los coches más sostenibles. Ahí entran los eléctricos, los híbridos, y los a gas, pero los eléctricos tienen prioridad y reciben más dinero. A mi me dieron 3.000 €. Además, a los taxistas nos devuelven el IVA. Total, que entre unas y otras ayudas el coche se me quedó en 8.500 euros, que es un precio muy atractivo.
¿Cuánto gastaba antes al mes en combustible?
Entre 400 y 500 euros. Ahora, entre el gasto de luz (33 € mensuales), los 19 del contador y la amortización del equipo (incluye el mantenimiento), que son otros 39 € mensuales, me gasto 91 €. Pero incluso aunque tuviera que recargar en un punto de los que están situados en las calles me seguiría saliendo mucho más barato que el de combustible.
¿Tiene clientes fijos, gente que le llama precisamente por ser tu taxi eléctrico?
Si, alguno. Pero también hay gente que se sube y ni se entera, o le da igual.
¿Qué es lo que más le gusta de conducir este coche?
Me encanta la aceleración que tiene. El coche eléctrico es como un coche de excalectric. Casi todos hemos jugado con ellos de niños, si le das flojo al mando el coche va despacito, pero si le das a tope el coche sale disparado. Pues así salen los coches eléctricos, más rápido que las motos en los semáforos. Con esto te vuelves un poco friki.
¿E inconvenientes, ve alguno?
Pues, como digo, que no haya puntos de recarga rápida. Ahora mismo en la Comunidad de Madrid apenas hay.
¿Ha tenido algún problema hasta ahora con el coche?
Mecánico ninguno. La mecánica del eléctrico es muy sencilla, se limita a la batería, así que este coche no tiene mantenimiento. El único problema que he tenido es con las ruedas. Estos coches no llevan rueda de repuesto, por cuestión de espacio, y eso puede ser una pega. La normativa actual dice que basta con llevar un kit que inyecta un gel que repara el pinchazo momentáneamente. Pero ese kit no sirve para reparar una raja en el lateral de la rueda como me pasó a mi, lo único que pude hacer es llamar a la grúa.