Paradojas de la política castellano leonesa: mientras una consejería -la de Economía y Hacienda- aprobaba ayudas en aras de la movilidad sostenible (véase Boletín Oficial), otra -la de Medio Ambiente- presentaba sus últimas adquisiciones: 78 furgonetas diésel, el combustible de moda: porque cada vez está más señalado por sus emisiones de gases contaminantes (que están expulsándole de los cascos urbanos de las principales ciudades de España) y porque todo parece apuntar a una escalada de su precio. En fin: 78 furgonetas de gasóil y, el mismo día, una convocatoria de ayudas a la adquisición de "automóviles de cero y bajas emisiones", ayudas cuyo objetivo -informa la Junta- es potenciar "nuevas soluciones de movilidad sostenible". A saber: según el comunicado difundido por el Gobierno castellano-leonés, "el marco regulatorio aprobado hoy [por el jueves, día 17] sienta las bases para la convocatoria de incentivos a la compra de automóviles nuevos propulsados por energías no convencionales, si bien la primera línea de subvenciones, que se abrirá antes de que finalice el presente año, financiará la adquisición de vehículos íntegramente eléctricos".
Podrán solicitar estos apoyos todas las personas físicas mayores de edad, profesionales autónomos, empresas privadas y corporaciones locales. Su percepción será compatible con cualquier otra ayuda concedida por la Administración General del Estado o por la Unión Europea, así como con la futura deducción autonómica en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), en cuya regulación está trabajando la Consejería de Economía y Hacienda.
La cuantía de la ayuda en las diferentes convocatorias que realice la Junta tendrá con carácter general un límite máximo de 6.000 euros, y se concretará en función de determinados criterios, como el sistema de propulsión del vehículo adquirido, su autonomía, categoría o precio de venta.
Según la Orden publicada el pasado 17 de octubre en el Bocyl, "las subvenciones se concederán por la adquisición en Castilla y León de vehículos nuevos de energías alternativas, de las categorías detalladas en la correspondiente convocatoria y cuyo sistema de propulsión sea parcial o totalmente generado por energía eléctrica, o bien que el sistema de propulsión sea por motores de combustión interna que puedan utilizar combustibles fósiles alternativos, homologados como Gas Licuado de Petróleo GLP/Autogás o Gas Natural Comprimido (GNC)".
Pues bien, el mismo 17 de octubre, la propia Junta de Castilla y León anunciaba oficialmente la adquisición, por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, de 77 furgonetas y un furgón destinados a las labores de conservación y explotación de las carreteras de la Comunidad, y la retirada de 77 vehículos antiguos. La operación se ha saldado por un importe de 1,1 millones de euros, según la Junta. Ni uno solo de los vehículos es eléctrico; y tampoco emplea combustibles "alternativos". Todos usan gasóil.
Tanto el petróleo como el gas son combustibles fósiles cuya quema produce gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático