BMW quiere convertir su factoría de Leipzig en el centro de producción de vehículos no contaminantes más grande de Alemania. Para ello, ha anunciado una inversión de cuatrocientos millones de euros, a ejecutar a lo largo del próximo trienio, y que se traducirá, además, en la creación de unos ochocientos puestos de trabajo. El plan ha sido presentado hoy por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del consejo de administración de BMW AG, Norbert Reithofer, junto a los que han estado el primer ministro del estado de Sajonia, Stanislaw Tillich, y el gobernador del estado de Washington (Estados Unidos), Chris Gregoire.
El grupo BMW y la sociedad conjunta creada con el grupo SGL para la fabricación de fibra de carbono tienen previsto invertir, en total, 530 millones de euros en el proyecto todo, según comunicado difundido hoy por la compañía automovilística alemana. Los beneficiarios de esa inversión serían, según BMW, las plantas de fabricación que opera la marca alemana en Leipzig y Landshut y las sedes de la sociedad conjunta de Wackersdorf y Moses Lake (Washington, Estados Unidos). BMW estima que todo ello se traducirá en la creación de más de mil puestos de trabajo.
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