La mina en cuestión, Weda Bay Nickel, que pasa por ser la más grande de níquel del mundo, es explotada por PT WBN, sociedad en la que participan la francesa Eramet (38,7%), la asiática Tsingshan (que es accionista mayoritaria, con el 51,3%) y el Gobierno indonesio (10%), que en los últimos años -explican desde Survival International-, ha intentado atraer a Tesla para que invierta en su mercado del níquel. La mina WBN, situada concretamente en la isla Halmahera, lleva tiempo siendo objeto de críticas generalizadas por operar en el territorio de indígenas no contactados del Pueblo Hongana Manyawa sin su consentimiento. WBN, que comenzó a operar en 2019 y ha anunciado espera hacerlo durante muchas décadas, tiene como objetivo -advertían desde Survival hace apenas unas semanas- producir materiales para fabricantes de coches eléctricos: "Eramet está manteniendo conversaciones con el gigante químico alemán BASF para procesar níquel para baterías de coches eléctricos".
Efectivamente, la multinacional alemana Basf y el grupo minero y metalúrgico francés Eramet firmaron en el año 2020 un acuerdo "para evaluar conjuntamente el potencial" de ese proyecto, cuyo objetivo último era extraer níquel, y también cobalto, de las minas que Eramet explota en Weda Bay para fabricar baterías para vehículo eléctrico. La inversión asociada giraba en torno a los 2.600 millones de dólares, según informaron en su momento fuentes del propio gobierno indonesio. Pues bien, ayer, el grupo químico alemán anunció que la disponibilidad a nivel mundial de estos materiales clave para la fabricación de baterías se ha incrementado y que, en consecuencia, la compañía ya "no aprecia la necesidad de hacer una inversión tan cuantiosa".
Anup Kothari, miembro del consejo de directores ejecutivos de BASF SE: "tras la correspondiente evaluación, hemos concluido que no ejecutaremos el proyecto de refinería de níquel-cobalto en Weda Bay. Desde que comenzamos con este proyecto, el mercado global del níquel ha cambiado significativamente. En particular, las opciones de suministro han evolucionado y, con ellas, la disponibilidad para Basf de níquel con grado de batería. Consecuentemente, la compañía no va a continuar valorando la necesidad de hacer una inversión tan sustancial para asegurar un suministro resiliente de metales para su negocio de baterías"
El proyecto minero asociado a la planta de procesamiento iba a producir unas 67.000 toneladas de níquel y 7.500 toneladas de cobalto al año, según manifestó el Ministerio de Inversiones de Indonesia en enero del año pasado.
En todo caso, el presidente de la división Catalysts de Basf, Daniel Schönfelder, ha adelantado ya que “un suministro sostenible y responsable de materias primas críticas para la producción materiales precursores de activos catódicos, que también pueden salir de Indonesia, sigue siendo crucial para el futuro desarrollo de nuestro negocio de materiales para baterías".
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[Pie de foto: selva de la isla de Halmahera, hogar de los hongana manyawas no contactados. Fuente: Survival Internacional. © Eramet].