En principio, los vehículos afectados son los que carecen de la etiqueta adhesiva de la Dirección General de Tráfico (DGT) que indica el potencial contaminante. Es decir, los matriculados antes del 2000, en el caso de gasolina, y del 2006 en el caso de gasóleo, pero en 2020, según los estudios que lleve a cabo el consistorio, la prohibición podrían ampliarse.
Estas son dos de las 58 acciones para combatir la contaminación atmosférica que incluye el plan que el próximo viernes presentará en el pleno la alcaldesa Ada Colau. Las medidas irán encaminadas a reducir los niveles de los dos contaminantes más problemáticos que afectan actualmente a la ciudad: las partículas en suspensión (PM10) y los óxidos de nitrógeno (NO2).
La medida podría afectar a entre un 30 y un 40% de los coches que circulan habitualmente por la ciudad. Los responsables del gobierno municipal lo estudiarán en el marco de la Mesa contra la contaminación del aire de Barcelona durante el primer semestre del año que viene. La zona de bajas emisiones donde se hará efectiva la prohibición es la que queda comprendida en el perímetro de las dos rondas. Además, se contempla la creación de zonas de protección adicional en el entorno de hospitales, escuelas y lugares sensibles.
Para animar a que los propietarios den de baja sus coches contaminantes se entregarán abonos de transporte público gratuito a las familias que renueven su vehículo. Lo mismo pasará con el servicio municipal de alquiler de bicicletas urbanas (Bicing).
A partir de abril de 2017, los vehículos sin etiqueta de la DGT tendrán prohibido moverse por la capital catalana en caso de episodio de contaminación, cuando se superen los 200 microgramos de NO2. Según los expertos, una situación de estas características se puede producir hasta tres veces al año.