El vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, ha anunciado este sábado un acuerdo con Alemania para el levantamiento de su veto a la prohibición de motores de combustión en 2035. "Hemos llegado a un acuerdo con Alemania sobre el uso futuro de combustibles sintéticos en los automóviles", ha anunciado Timmermans en su cuenta de Twitter. Bruselas había planteado un posible encaje de los combustibles sintéticos en el marco de las negociaciones para la prohibición de la venta de los vehículos de combustión en la Unión Europea (UE) a partir de 2035, una medida que había quedado paralizada debido a que el Gobierno alemán quiere incluir este tipo de carburantes en el acuerdo.
El último paso para la adopción definitiva de la prohibición de comercializar vehículos de combustión -incluidos los de gasolina, diésel e híbridos- a partir de 2035 quedó aplazado el pasado 3 de marzo por las dudas de último momento expresadas por Alemania e Italia. La medida ya se aprobó en el pleno del Parlamento Europeo del pasado 14 de febrero, pero fue en las negociaciones a nivel de embajadores donde Alemania mostró sus reticencias sobre un acuerdo entre instituciones que ya se acordó el pasado otoño. "Ahora vamos a trabajar para que se adopten los estándares de CO2 para automóviles lo antes posible", ha añadido Timmermans, antes de avisar que el marco legal para el encaje de los combustibles sintéticos solo se desarrollará cuando el acuerdo de base sea desbloqueado y adoptado por los 27.
Por su parte, el ministro alemán de Transportes, Volker Wissing, impulsor del cambio, ha manifestado por su parte en su cuenta de Twitter que "los vehículos con motor de combustión interna podrán seguir matriculándose después de 2035 si repostan exclusivamente con combustibles neutros en emisiones de CO2". "Europa sigue siendo tecnológicamente neutral", ha agregado el ministro liberaldemócrata.
Una vez resuelta la disputa con Alemania, se diluye la minoría de bloqueo en el Consejo que formó con Italia para frenar la medida y solo queda que el asunto vuelva a la agenda de un próximo consejo de ministros europeo para someter la adopción definitiva a la votación de los 27. Esta nueva norma forma parte del paquete climático que la UE quiere impulsar esta legislatura para reducir al menos en un 55% las emisiones contaminantes del bloque en el horizonte de 2030 y respecto a las de 1990.