La consultora Accenture acaba de presentar un estudio –"Changing the game: Plug-in electric vehicle pilots"– en el que analiza la información obtenida en varios proyectos piloto llevados a cabo en diferentes ciudades del mundo. Así: el estudio de carga rápida (en Tokio), realizado por la empresa Showa Shell; el estudio elaborado por E-Laad, fundación coparticipada por la firma Alliander, en los Países Bajos; el estudio realizado en el marco del proyecto Plugged in Places, por la agencia One North East, en Newcastle Upon Tyne (Reino Unido); y el proyecto lanzado en Tokio por la empresa Better Place, consistente en taxis equipados con batería intercambiable. Asimismo Accenture analizó la competencia que mantienen los vehículos eléctricos híbridos enchufables Chevrolet Volt y Nissan Leaf.
A partir de toda esa información, "Changing the game..." señala algunos de los retos a los que se enfrenta la implantación del vehículo eléctrico en todo el mundo. Para empezar, y según el informe, las empresas muestran "escaso interés por invertir en infraestructuras públicas de carga debido a sus elevados costes y a que los consumidores prefieren realizar la recarga en el hogar". En los estudios piloto que ha manejado Accenture, "se pone de manifiesto el riesgo de que los consumidores no utilicen los puntos públicos de carga abonando las tarifas que sería necesario aplicar para recuperar la inversión, que oscila entre los 3.500 euros de una estación de carga hasta los 35.000 euros de una unidad de carga rápida que permita recargar un coche en treinta minutos".
Además, "Changing the game..." señala que "la baja frecuencia de recarga por parte de los consumidores reduciría la capacidad de controlar el impacto de esta operación en el suministro de energía". Según revelan los estudios piloto analizados, "los vehículos eléctricos enchufables cubren las necesidades del usuario habitual de ciudad, que podría no verse obligado a recargar su vehículo a diario". Esto aumenta la dificultad de prever las recargas y reduce la capacidad de controlar sus efectos en el suministro de energía, según Accenture. El informe señala por otra parque que "la conexión de los vehículos a la red -siempre que estuvieran aparcados- contribuiría a mejorar la gestión de la red y a reducir su sobrecarga".
Según Matías Alonso, socio de Accenture, "los vehículos eléctricos enchufables a la red tienen numerosas implicaciones en los modelos de negocio, puesto que su implantación requiere un cambio en el comportamiento del consumidor y puede producir sobrecargas en la red. Si las empresas prestatarias de servicios públicos y los proveedores de servicios quieren controlar el impacto en la red, será fundamental que conozcan mejor las preferencias de los consumidores e intenten modificar sus hábitos mediante incentivos originales y creativos".
Modelos de negocio posibles
El informe "Changing the game..." analiza, además, tres modelos de negocio: modelo basado en la carga; basado en la comercialización de automóviles; y basado en el alquiler de baterías. En cuanto al primero –modelos de negocio basados en la carga–, el informe de Accenture asegura que "el modelo actual de infraestructuras públicas de carga debe liderar la introducción inicial a gran escala. Sin embargo, también entrañan riesgos elevados debido a los costes de adopción, la dificultad de prever unos hábitos de recarga y, posiblemente, una demanda limitada. Se necesitan unos modelos comerciales más rentables para la sostenibilidad de este mercado: infraestructuras privadas de carga con una prima para controlar la demanda y servicio de cambio de batería para reducir la sobrecarga en la red; modelo end-to-end, un único proveedor de servicios podría ofrecer contratos de servicio a largo plazo en los que se dedujera el coste de la batería del precio de compra del vehículo y se incluyera opcionalmente el cambio de batería.
El segundo modelo de negocio analizado en el informe es aquel que está basado en la comercialización de automóviles. A saber: algunos fabricantes tratan de vender este tipo de vehículos directamente a los consumidores. Sin embargo, el alto coste de las baterías provoca que esta alternativa quede fuera del alcance de la mayoría de los consumidores, a menos de que los gobiernos decidan ofrecer importantes ayudas. Según "Changing the game...", el leasing de vehículos resultaría una opción más atractiva, ya que permitiría distribuir el elevado precio de compra a lo largo de un período de tiempo. Si los fabricantes se inclinaran por adoptar este modelo de negocio deberían invertir en adquirir las capacidades necesarias para gestionar una nueva forma de relación con los consumidores basada en la prestación de servicios.
Y, por fin, los modelos de negocio basados en el alquiler de baterías: algunos proveedores de servicios serían los propietarios de las baterías y realizarían su mantenimiento, ofreciéndolas en alquiler por medio de un servicio de suscripción por el que los consumidores pagarían por kilómetros recorridos en lugar de pagar por cantidad de electricidad consumida. Según Matías Alonso, socio de Accenture, "los consumidores constituyen el factor más importante a la hora de determinar los modelos de negocio que tendrán éxito. Las capacidades necesarias para gestionar estos modelos serán las mismas en todo el mundo, pero los actores que decidan implantarlos serán diferentes. Es de capital importancia aumentar el conocimiento de las preferencias de los consumidores".
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