Lo más novedoso de este sistema es que permite la captación de energía eléctrica en alta tensión (AT) del sistema eléctrico ferroviario y su transformación a baja tensión (BT), sin que afecte al tráfico ferroviario, para alimentar los puntos de recarga eléctrica abiertos al público. A esta solución se suma la que se puede hacer desde las subestaciones eléctricas de tracción de la red ferroviaria, permitiendo crear igualmente puntos de recarga eléctrica. El despliegue de todos ellos, con uno u otro sistema, se realizará bajo la marca "ferrolinera", registrada por Adif.
Los promotores interesados deberán instalar en la estación correspondiente al menos un PRE de carga rápida con dos conectores, al objeto de que se pueda efectuar una recarga rápida simultánea de dos vehículos eléctricos, según explican desde Adif. En las webs de Adif y Adif AV se puede consultar el procedimiento de solicitud de análisis de viabilidad técnica para la instalación de estas ferrolineras y la documentación anexa.
El modelo diseñado por el gestor de la red ferroviaria para el despliegue de estos dispositivos es abierto y continuo en el tiempo y se articula en dos fases. En la primera, se abre un proceso de solicitud de los potenciales promotores interesados en colocar cargadores en las estaciones. A continuación, el administrador de infraestructuras realizará un estudio de viabilidad técnica sobre las solicitudes recibidas para cada emplazamiento y una vez concluido este análisis se licita, en segunda fase, el arrendamiento de espacios sobre los que efectuar el despliegue y la comercialización de los puntos de recarga eléctrica.
La duración de la explotación de los PRE tendrá un plazo de 11 años a contar desde la fecha de la firma del contrato, teniendo en cuenta que se contempla un periodo de alrededor de un año para acometer las obras de adecuación de espacios e instalaciones. No obstante, podrá prorrogarse por un plazo no superior a la mitad del inicialmente contratado (5,5 años), previa solicitud.
Carga rápida o super rápida
El adjudicatario asumirá los costes de adaptación de las instalaciones e infraestructuras necesarias para conseguir el suministro de la energía eléctrica con la potencia acordada, que podrá oscilar entre un mínimo de 100 kW y un máximo de 500 kW, en función de las circunstancias técnicas analizadas en cada estación. Esta potencia permitirá a los promotores de los puntos de recarga ofrecer un mix comercial por tipo de recarga (rápida o super rápida). Y si la estación de viajeros no cuenta con un gestor de aparcamiento específico, el promotor también podría instalar puntos de carga lenta o semi rápida ampliando, de este modo, su oferta comercial.
Los adjudicatarios o gestores de los puntos de recarga estarán obligados a incluirlos en Apps y webs especializadas, y a facilitar su reserva anticipada e información sobre el dispositivo. El administrador de infraestructuras también informará en su página web de los PRE de las estaciones.
Impulso a la movilidad sostenible
Con esta iniciativa, Adif, que tiene una red electrificada de más de 9.700 kilómetros, busca contribuir a paliar uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la carga de vehículo eléctrico: la dificultad de su aplicación a la movilidad interurbana. De este modo, el radio de acción del vehículo eléctrico podrá extenderse fuera de las áreas metropolitanas, y, además, los ciudadanos de otras áreas podrán acceder al sistema.
De acuerdo con los informes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), España, con unos 5.200 puntos de recarga (2018), tiene una penetración inferior a la media de la UE (4,9 frente a 28,3 puntos de recarga rápida por cada 100 km de carretera), y el 40% se concentran en cuatro provincias. Además, apenas el 5% de los puntos de recarga pública existentes en nuestro país permite una carga de, al menos, 40 kW (carga rápida) y sólo el 35% de la infraestructura de recarga de España es interurbana.
La implantación de puntos de recarga de vehículos eléctricos se enmarca en el Plan de Lucha contra el Cambio Climático de Adif y Adif AV 2018-2030, que contempla el fomento de la movilidad sostenible y la electromovilidad como herramienta para cumplir con los objetivos de descarbonización de la actividad económica.