El número de matriculaciones de turismos eléctricos (tanto eléctricos puros como híbridos) ha crecido de forma exponencial en los últimos años en todo el mundo. En España fueron matriculados 9.400 vehículos eléctricos en 2018 (menos del uno por ciento sobre las ventas totales de turismos). El guarismo se encuentra lejos, muy lejos, del registrado en Noruega, donde casi el 45% de todos los turismos vendidos fueron eléctricos. Este éxito en Noruega se basa en distintas estrategias de apoyo del gobierno, que ha eliminado casi todos los impuestos en la compra de los vehículos eléctricos; ha eliminado pagos por uso de vías preferentes; dispone de una amplia infraestructura de recarga; y cuenta así mismo con una generación eléctrica hidráulica (renovable y barata). Es uno de los muchos datos que recoge el último número de Economía Industrial, la revista del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Esa edición repasa (1) la situación actual (y las perspectivas futuras) de la electromovilidad; (2) reflexiona sobre el papel de la electricidad y de los combustibles alternativos en la transición energética del transporte; (3) analiza los sistemas de recarga; (4) se aproxima a los efectos económicos y ambientales de la electromovilidad en nuestro país (un análisis input-outpul medioambientalmente extendido); (5) repara en el controvertido asunto de las materias primas que demanda el desarrollo del vehículo eléctrico; (6) describe la Dimensión fiscal del vehículo eléctrico en España; y (7) presenta el proyecto ZEM2All. Bajo estas líneas, dos de los gráficos que incluye la edición 411 de Economía Industrial.