En el contexto dinámico actual, caracterizado por la creciente integración de energías renovables en nuestro sistema eléctrico y los avances en la tecnología de baterías, la idea de un “pasaporte de baterías” está ganando una relevancia significativa. Este pasaporte de baterías, que en realidad es un registro digital, permite rastrear la vida útil, el rendimiento y la sostenibilidad de las baterías, y emerge como una herramienta indispensable para garantizar que las prácticas de producción y reciclaje de las baterías sean sostenibles y responsables.
Para abordar los impactos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) de la industria de las baterías, el Reglamento de la UE sobre baterías establece un conjunto de directrices, cuyo objetivo es salvaguardar el medio ambiente mediante la reducción al mínimo de las sustancias peligrosas en las baterías y el aumento de la frecuencia de su reciclado, que desde su introducción en 2006, ha tenido un impacto significativo en la industria de las baterías.
A finales de marzo de 2022, la Comisión Europea introdujo una serie de medidas legislativas en el marco del Pacto Verde Europeo y el Plan de Acción para la Economía Circular (PAEC), con el propósito de hacer que una importante cantidad de los bienes físicos en la UE sean más sostenibles y circulares a lo largo de su ciclo de vida.
Parte de la propuesta fue la introducción de un Pasaporte Digital de Producto (DPP), en al menos tres áreas de productos clave: los textiles, la construcción y las baterías industriales y de vehículos eléctricos (VEs).
En la actualización del Reglamento sobre baterías de la UE, publicada el pasado mes de julio de 2023, se establece que todas las baterías de VEs y las baterías industriales con una capacidad superior a 2 kWh, dentro del mercado de la Unión Europea, deberán contar con un Pasaporte de Batería único, que será de obligado cumplimiento a partir de febrero de 2027, y los fabricantes tienen hasta el año 2026 para cumplir con la normativa y establecer los sistemas y procesos para emitir y gestionar estos Pasaportes Digitales de las Baterías.
Además, la empresa que introduzca la batería en el mercado será la responsable de proporcionar y transferir toda la información y los datos en el registro digital.
El pasaporte digital de la batería incluirá información sobre el origen de las materias primas, el impacto ambiental de la producción, la huella de carbono, el reciclaje, el ciclo de vida... información que deberá estar disponible a través de un código QR y que ayudará a que los clientes puedan tomar decisiones informadas a la hora de comprar baterías.
Quedan en todo caso grandes desafíos por delante. La falta de estándares internacionales para los pasaportes de baterías supone un reto tanto para los fabricantes como para los usuarios, ya que la ausencia de uniformidad dificulta la comparación y evaluación de diferentes tecnologías. Otro de los desafíos es la seguridad de las baterías y la gestión adecuada de los materiales, temas cruciales para garantizar la sostenibilidad de las baterías a lo largo de su vida útil.
Pero surgen por otro lado interesantes oportunidades de la mano de nuevas tecnologías que podrían revolucionar los pasaportes de baterías: desde el uso de inteligencia artificial para prever el rendimiento hasta el diseño de baterías más eficientes y sostenibles.
La introducción del pasaporte digital para baterías representa un hito significativo en el camino hacia una industria más sostenible y competitiva en la Unión Europea. Estas nuevas normativas no solo aseguran la armonización de las baterías fabricadas y/o comercializadas en la región, sino que también fomentan la competitividad de la industria y garantizan que las baterías nuevas contribuyan de manera efectiva a la transición hacia un futuro energético más limpio y sostenible, dando un paso adelante hacia un sector energético más responsable y alineado con los objetivos de desarrollo sostenible a nivel global.