Andan los políticos agitados tratando de conseguir "El disputado voto del señor Cayo", ese del que se acuerdan cada cuatro años, cuando las urnas amenazan con dejarles con menos escaños de los necesarios para recuperar el poder o mantenerlo. Millares de personas provenientes de esos vaciados pueblos españoles que tan bien retrató Miguel Delibes en su famosa novela (y luego convirtió en película Antonio Giménez Rico) "tomaron" Madrid a finales de marzo para exigir un pacto de Estado contra la despoblación. Quieren quedarse a vivir en sus pueblos y que las promesas políticas que escuchan cada cuatro años se cumplan.
Esa España desatendida entre cita y cita electoral necesita inversión en infraestructuras y servicios, wifi que funcione, soluciones que permitan que el mundo rural se empodere y genere oportunidades que garanticen el futuro. Y una de esas oportunidades puede y debe llegar de la mano de las energías renovables. Bien acompañadas de la eficiencia energética.
Apostar por estas tecnologías para ayudar a evitar el despoblamiento de nuestros pueblos tiene grandes ventajas. Una de ellas, como se puede comprobar en la mayoría de los municipios rurales donde hay instalada eólica, es que esta tecnología se ha convertido en motor de desarrollo en la comunidad, generando puestos de trabajo e ingresos para el ayuntamiento y, con ello, ayudando a mejorar los servicios (educación, sanidad…) y a fijar la población en el municipio. La bioenergía –bastante maltratada en el Plan Nacional de Energía y Clima– también crea empleo y riqueza, además de garantizar la recogida de material procedente de las podas y limpiezas en el campo, con lo cual se convierte por sí misma en una eficaz colaboradora en la lucha contra el fuego. Pero no se trata de pensar solo en grandes instalaciones.
La transición hacia la hegemonía de las renovables está poniendo en valor el autoconsumo y la generación local y distribuida de energía, como la obtenida mediante energía solar (o mini eólica), permitiendo con ello formas de explotación y de gestión más descentralizadas y basadas en la cooperación. Sin embargo, aunque nadie puede negar ya que producir energía con el sol o el viento es la opción más barata y más respetuosa con la naturaleza, no todos los partidos apoyan las fuentes de generación limpias con el mismo entusiasmo. ¿Qué dicen los principales partidos sobre este asunto? Sobre ello hablamos ampliamente en este número.
A modo de resumen: empezando por la derecha de la derecha, VOX no menciona las energías renovables en su programa político ni una sola vez, como tampoco recoge otros conceptos como “medioambiente” o “cambio climático”. PP, Ciudadanos y PSOE repiten, básicamente, las propuestas que ya defendieron en las pasadas elecciones. El PP defiende su sistema de subastas, la incorporación de las renovables a la climatización, el impulso del vehículo eléctrico y, en general, el desarrollo de las energías sostenibles y el impulso a la eficiencia energética. El programa electoral de Ciudadanos plantea, entre otras cosas, la creación de un plan específico para impulsar las renovables y el autoconsumo, así como la promulgación de una nueva Ley de Cambio Climático, que regule de forma coherente y estable las políticas que afectan al clima.
Desplazándonos hacia la izquierda, el PSOE, que en estos diez meses de gobierno ha cambiado de manera sustancial el escenario de las energías renovables en nuestro país (en particular, el de la fotovoltaica), mantiene el objetivo de que en 2030 el 74% de la electricidad será generado con esas fuentes, defiende la elaboración de una estrategia de movilidad sostenible y se compromete a impulsar un pacto de Estado por la industria, adaptado a los nuevos retos de digitalización y descarbonización. En cuanto a Unidos Podemos, la importancia que otorga desde el inicio de su andadura a los temas medioambientales está recogida en su ideario, y, cara a las elecciones del 28A, la amplia con la introducción del plan "Horizonte Verde", en el que incluye reducir a la mitad la producción eléctrica basada en combustibles fósiles en una década y alcanzar el 100% de generación con renovables en 2040.
Eso sí, como recordaba Jorge Morales de Labra en un twit reciente, gane quien gane las elecciones podrás poner tranquilamente paneles solares en tu tejado sin que te amenacen con un nuevo "impuesto al sol". Así lo ha querido Europa.
Hasta el mes que viene.
Pepa Mosquera
pmosquera@energias-renovables.com