“Jazz, energia i sinergia”. Es el lema elegido por el Jardín Botánico de la Universitat de Valencia para su ciclo de conciertos mensuales “Jazz botanic”, todos ellos vinculados a las energías renovables. El primero (31 de marzo) rindió homenaje a la geotérmica, el siguiente (28 de abril) lo hará a la solar. El 19 de mayo será el turno de las energías del mar; el 2 de junio de la hidroeléctrica. A la biomasa se le ha reservado el 20 de octubre y a la eólica el 10 de noviembre. El último (15 de diciembre) se centrará en lo que vendría a ser la unión de todas ellas: la energía creativa.
No es el primer festival dedicado a las energías limpias. En Canarias van ya por la octava edición de Eólica, evento que conjuga música, arte, reciclaje y ecología. Pero en el archipiélago, si nada lo impide, están a punto de sonar ritmos bien diferentes: los de los gigantescos taladros de perforación petrolera que hundirán sus brocas en aguas de Lanzarote y Fuerteventura en busca de ese combustible del pasado.
José Manuel Soria, ministro de Industria, cree que encontrar petróleo en Canarias sería ”la noticia más importante de la historia energética de España". Lo dijo el 26 de marzo, durante un evento organizado en Madrid por el Club Español de la Energía (Enerclub). Los riesgos ambientales y para la economía canaria derivados de estas perforaciones deben parecerle pecata minuta. Sin importancia, vaya, frente al dinero que la actividad petrolera –dice– aportaría a las arcas del Estado. Sin embargo, el coste ambiental puede ser muy superior. La simple “rutina” de exploración y perforación petrolera daña a muchas especies marinas, al tiempo que expone a las zonas costeras a impactos permanentes, con negativos resultados para actividades como la pesca y el turismo. Eso sin ponerse en lo peor. Y lo peor puede suceder, como demostró el accidente sufrido por una plataforma de BP en abril de 2011 en el Golfo de México.
Seguir empeñados en el uso del petróleo supone, además, mantener nuestra dependencia de un combustible inductor del cambio climático, que en nada nos ayuda a cumplir con nuestros compromisos internacionales. España debe continuar avanzando, al igual que lo están haciendo muchos otros países, en la dirección de las energías limpias, que tantas oportunidades y beneficios aporta al conjunto de la sociedad. En América, donde cada vez más empresas españolas están encontrando el espacio que aquí se les ha quitado, lo tienen claro; el futuro energético a medio plazo es renovable. El especial que dedicamos en este número a los países del otro lado del Atlántico lo deja claro.
Hasta el mes que viene.
Luis Merino
lmerino@energias-renovables.com
Pepa Mosquera
pmosquera@energias-renovables.com