Cuando estés leyendo esta revista ya sabremos qué ha ocurrido en Durban: si, como muchos anticipaban, la negociación ha concluido en un nuevo fracaso, dejándonos abocados a la anarquía de las emisiones que calientan el planeta; o, por el contrario, el mundo ha sido capaz de dar continuidad al Protocolo de Kioto y aportar nuevas esperanzas en la lucha contra el cambio climático. Ni que decir tiene que esperamos que haya sido así.
En España iniciamos una nueva etapa en la que se van a tomar decisiones que afectan de manera determinante a nuestra propia reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Si la apuesta por los combustibles fósiles se mantiene, como demandan a voz en grito los dueños de las centrales térmicas de ciclo combinado, y no se contrarresta con un impulso decidido y valiente de las renovables, difícilmente vamos a cumplir nuestros compromisos internacionales. De paso, se tirará a la basura la mejor alternativa que tenemos para reducir nuestra dependencia energética del exterior, mejorar la balanza comercial, crear empleo y generar riqueza en el país. El PER 2011-2020, aprobado in extremis por el gobierno saliente, así lo reconoce, lo que no evita que marque objetivos más bien raquíticos para la mayoría de las tecnologías renovables.
El gobierno en funciones se despide con otra normativa, largo tiempo esperada, de enorme calado: el RD de conexión de instalaciones de pequeña potencia. Un decreto que abre la posibilidad a que la generación distribuida sea una realidad y, con ello, avancemos hacia un modelo energético en el que el ahorro de energía sea la prioridad fundamental a través del autoconsumo y las energías renovables. Todo un reto para el nuevo gobierno de Mariano Rajoy.
El vicepresidente de la Asociación Europea por las Energías Renovables–Eurosolar, Josep Puig, ha enviado una carta a los directivos de las compañías eléctricas integradas en Unesa, en la que aporta una serie de reflexiones que todo político con responsabilidades en temas de energía debería tener en cuenta (la carta se puede leer en www.energias-renovables.com). En ella, también les pide que hagan públicos una serie de datos, ahora opacos, como las pólizas de seguro que estas compañías tienen contratadas para hacer frente a posibles accidentes, incluidos los nucleares. Y les emplaza a dar respuesta a preguntas como la que sigue: “¿cuándo las empresas que ustedes dirigen dejarán de mentir a la ciudadanía (..) divulgando falsas afirmaciones contra las energías renovables, ampliamente difundidas por los grandes medios de comunicación, a los cuales ustedes tienen sometidos mediante el abuso que ustedes hacen de su poder de contratación de publicidad?”
Con otras palabras pero con el mismo fondo, las asociaciones solares y la Fundación Renovables han hecho la misma petición a Unesa, hartos –todos–, de los ataques continuos, desmedidos e hipócritas que la patronal eléctrica lleva vertiendo contra las renovables. Unimos nuestra voz a la de ellos. Y pedimos a quienes ahora tienen la responsabilidad de gobernarnos que velen por el bienestar común de todos los ciudadanos, no por la cuenta de resultados de unas cuantas compañías.
Hasta el mes que viene.
Luis Merino
lmerino@energias-renovables.com
Pepa Mosquera
pmosquera@energias-renovables.com