Las elecciones del 20D ponen fin a cuatro años de un gobierno que ha puesto contra las cuerdas a las energías renovables, en su conjunto, y muy en especial a la solar fotovoltaica, a la que las “reformas” del equipo Soria-Nadal ha dejado especialmente dañada. Tanto es así que, según el despacho de abogados Holtrop, el 92% de las instalaciones FV está amenazada de quiebra, obligándolas a renegociar con el banco (las que lo logran) o ir directamente a concurso de acreedores. No contento con ello, el 9 de octubre el Consejo de Ministros daba luz verde a una normativa sobre autoconsumo, criticada prácticamente por todos –incluida la CNMC y el Defensor del Pueblo–, que instaura el no solo injusto sino absurdo “impuesto al sol” y que ya ha sido recurrida ante el Tribunal Supremo por el sector solar en su totalidad y numerosas organizaciones sociales, medioambientales y de consumidores.
Hay 18 partidos políticos –PSOE, Podemos y Ciudadanos incluidos– que tampoco quieren ponerle peaje al sol, y así lo han declarado y suscrito en un Manifiesto, en el que se comprometen a derogar el RD si tienen responsabilidades de gobierno. Los resultados de las elecciones del 20 de diciembre van a marcar, por tanto, un antes y un después para las renovables, consolidando el actual modelo energético –caro, injusto, contaminante– o permitiendo que podamos avanzar hacia otro sostenible y con los ciudadanos de protagonistas. Como propugna la propia Unión Europea y empieza a practicarse en diferentes países.
Estos comicios van a ser determinantes para muchas más cuestiones que entran de lleno en el terreno de la sostenibilidad medioambiental. ¿Qué decidirá el próximo gobierno sobre el fracking? ¿Actuará como el Ejecutivo Rajoy anulando los intentos de prohibirlo por parte de varios gobiernos regionales y locales? ¿Y sobre las prospecciones petrolíferas en el Mediterráneo? Repsol abandonó las que realizaba en Canarias al no hallar hidrocarburos “de calidad suficiente” pero varias áreas del Mediterráneo español siguen bajo la misma amenaza. ¿Y sobre el agua? Según un informe de Ecologistas en Acción, el volumen de agua disponible en España se ha reducido un 20% en los últimos 25 años a causa del cambio climático.
Otro reto, tangible y cercano, que exige una decidida actuación por parte del nuevo Ejecutivo, y no solo parches, es la pobreza energética. El aumento de la brecha entre rentas altas y bajas durante la crisis ha triplicado el número de familias españolas en situación de pobreza energética en los últimos años, hasta el punto de que uno de cada diez hogares sufre este drama, según datos de la organización Economics for Energy.
Poner freno a esta lacra exige apostar, con decisión, por las energía limpias, no torpedearlas como ha hecho el gobierno saliente en los 1.460 días que ha estado en el poder (así de largos se nos han hecho). La batalla que libramos contra el calentamiento global -uno de los mayores retos que tiene por delante el mundo entero, no solo España– también lo demanda así. Hechos y menos declaraciones de intenciones, por más que quede muy bien llegar a la Cumbre del Clima de París prometiendo una ley de cambio climático si el PP gana las elecciones, cuando la realidad es que, tras Malta y Chipre, España es el país donde más han crecido las emisiones de gases de efecto invernadero entre 1992 y 2012 (datos de Eurostat).
Cerramos este número con bastante más esperanza en el futuro que la que teníamos al comienzo del año. En París, los líderes mundiales han sido capaces de suscribir un pacto que marca el camino hacia la economía baja en carbono. No es el acuerdo perfecto pero la era de las energías fósiles entra en su última etapa.
Feliz Navidad, volvemos en febrero.
Luis Merino
lmerino@energias-renovables.com
Pepa Mosquera
pmosquera@energias-renovables.com