España importó desde Rusia 37.027 gigavatios hora de gas en el año 2021 y ha importado desde allí 56.021 en 2022, es decir, que hemos incrementado nuestras importaciones (ergo nuestra dependencia de la madre patria Rusia) en un 54,8%. El dato no ha sido extraído de un recorte de periódico; acaba de hacerlo público la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos de España (Cores, Ministerio para la Transición Ecológica).
+54,8 por ciento. Gas. Desde Rusia. En mitad de una guerra en la que ya han sido registradas, en Ucrania (en menos de diez meses de conflicto), 17.595 víctimas civiles: 6.826 muertos y 10.769 heridos. Los números son ahora del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (último dato consolidado, a 18 de diciembre de 2022).
Segundo apunte: España pagó en 2021 por sus importaciones de gas 9.602 millones de euros, cantidad brutal que sin embargo palidece ante los... ¡24.134 millones de euros! que hemos pagado por ese mismo concepto entre enero y noviembre del 22 (aún no se ha hecho público el dato de diciembre). ¿Fuente? Secretaría de Estado de Comercio (Ministerio de Industria).
En fin, que hemos comprado más gas (446.208 gigavatios hora en 2022; 415.569 en 2021); y que encima ese gas ha estado más caro que nunca.
Es la guerra. La del gas, esa que van ganando Rusia (+54,8%) y Estados Unidos (+112%). Porque la gran nación del norte de América -ojo al dato- ha sido en 2022 el primer suministrador de gas de España, apeando a Argelia del trono que durante tantos años ostentara (Argelia ha sido la primera fuente de gas durante décadas para España).
Tercer apunte: las emisiones de CO2 del sector energético español han crecido 24 puntos en 2022, según el informe, publicado en enero, Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España (1990-2022), que ha elaborado el Observatorio de Sostenibilidad (autor principal: José Santamarta). Sí, +24%
Entre tanto, ¿qué está sucediendo al otro lado de la frontera? ¿Qué está sucediendo en la orilla de las renovables?
La guerra.
Una parte del ambiente ecologista y una parte de la sociedad civil llevan ya muchos meses enfrentados a una parte del sector de las renovables y a una parte de la Administración por el cómo. ¿Cómo luchamos contra el cambio climático, contra la dependencia de regímenes tiranos, contra la inflación brutal de los precios; cómo luchamos por la transición hacia la soberanía energética; cómo hacemos todo eso... sin dilapidar nuestro patrimonio natural? ¿Cómo desplegamos las muchas renovables que hacen falta para todo eso (y además contrarreloj, porque se acaba el tiempo) y al mismo tiempo evitamos segar la hierba bajo los pies?
De eso hablamos en este número, de la "guerra" renovables-biodiversidad, que merece una mesa de diálogo (o cien) y que sin duda tiene salida. Y debe. Porque cada vez es más evidente que la vía de salida de este atolladero es la vía verde.
Verde esperanza. De la gente que apuesta por la paz. Que no quiere comprarle el gas ni a los que matan ni a los que lo venden para comprar armas con las que matar. Verde esperanza. De la gente que sabe que sí es posible: La eólica y la solar superan al gas por primera vez en la historia de la Unión Europea, titulamos en la página 6. Enero del 23, el mes más renovable de la historia (página 8). Los números top de la eólica española (página 40).
Así se construye la paz. Sin humo.
El Sol, el calor, en la espalda. El viento, fresco, en la cara.
Y si hacen falta mil mesas de diálogo, que sean mil. Pero esta vez no pueden ganar los malos.
Sí, así se construye la paz. Y aquí, en este número, están las mujeres y los hombres que lo están haciendo. Hay muchos más, claro que sí. Que han estado y estarán aquí. A todos ellos, y a todas ellas, tambores de paz, en clave de Sol, y gracias.
Antonio Barrero F.