El fallo del Gobierno (ER71)

El viernes 26 de septiembre por la tarde, tras conocer el nuevo Real Decreto fotovoltaico aprobado en Consejo de Ministros, cambiamos el editorial que estás leyendo ahora. El que habíamos escrito unos días atrás llevaba por título “Zapatero y el cuento de España Solar”. Esa iniciativa impulsada por el Gobierno que se celebró en junio de 2007 en el Paraninfo de la Universidad Complutense, en Madrid, y que contó con el apoyo de empresas, ONG, sindicatos, científicos y artistas para sacar pecho y reconocer el papel de potencia mundial que juega España en renovables.

Íbamos a recordar lo que el presidente Zapatero dijo entonces: “España debe estar en el liderazgo de la lucha contra el cambio climático y en el liderazgo de las energías renovables”. Y queríamos recordar también lo que dijimos nosotros en el editorial de julio de 2007: “Tenemos empresas fuertes que llevan años invirtiendo en tecnología, tenemos centros de investigación punteros, contamos con el apoyo de los movimientos sociales. Y ahora tenemos un presidente de Gobierno que se muestra decidido a empujar en la misma dirección. Si todos cumplen, no faltará ningún ingrediente para hacer de las renovables una apuesta estratégica, de fondo, de largo recorrido”.

Íbamos a decir que no todos han cumplido porque Zapatero ha fallado. Pero ya no lo vamos a decir. O no exactamente así. Unos días antes de que el presidente del Gobierno inaugurase “España Solar” se había aprobado el Real Decreto 661/2007 que establecía el marco tarifario para las renovables. De él ha dependido también la fotovoltaica hasta la aprobación de la nueva regulación el 26 de septiembre.

En junio de 2007 las empresas que hacen renovables decían estar razonablemente satisfechas con la nueva regulación. Las que hacen fotovoltaica decían más o menos lo mismo a finales del mes pasado, después de haber vivido unas semanas de infarto, porque las pequeñas mejoras de última hora en el Real Decreto sirvieron para aliviar el pesimismo en el que habían caído todos.

Es posible que el Ministerio de Industria haya salvado los papeles por esta vez pero es evidente que no se puede pretender liderar nada en renovables si cada pocos años hay que estar a expensas de la ocurrencia del gobierno de turno. Hay que encontrar fórmulas que eviten el recalentamiento del sector, que expulsen a los especuladores y que marquen una senda clara a largo plazo. Las hay. Las asociaciones han planteado mecanismos que implican progresivos descensos de la prima hasta que la tecnología sea plenamente competitiva a mediados de la próxima década. El fallo del Gobierno al que nos referimos en este editorial es justamente ese: el empeño por seguir con una política de parches en lugar de tomar decisiones a futuro.

Mientras el 26 de septiembre llegaban desde el Consejo de Ministros esas noticias “menos malas” un nutrido grupo de personas participábamos en un homenaje a Cristina Narbona. En su agradecimiento emocionado volvió a defender las energías renovables. Ella, desde su puesto de ministra de Medio Ambiente, hacía más creíbles las palabras de Zapatero. Sabe que tiene nuestro reconocimiento y nuestro cariño.

Hasta el mes que viene.

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