La fotovoltaica se pone a mil (mil gigavatios de potencia en todo el mundo, casi el triple de lo que pesa hoy el parque nuclear global) y nosotros nos ponemos a cien... A casi 100 páginas, fenómeno inédito en esta redacción en los últimos diez años. El mundo va por donde va y Bruselas –dinosauria– va despacio.
De “La sexta extinción masiva y el reloj” nos habla José Donoso en su columna de este mes. El presidente del Consejo Solar Global (Global Solar Council), columnista de cabecera en esta casa, pide en su tribuna (a los ecologistas, página 10) que miren el reloj, el del cambio climático, ese que nos conduce inexorable a la sexta extinción. Párrafo demoledor.
«En un reciente encuentro de organizaciones energéticas y medioambientales con la vicepresidenta segunda del Gobierno ninguna de ellas solicitó una mayor velocidad en la aplicaciónde políticas energéticas para paliar la emergencia climática. Por el contrario, varias de ellas criticaron la forma en que se están implementando estas políticas. El tiempo no era una variable que importara»
Y eso que no hay tiempo que perder, en materia de cambio climático: ni un minuto. La fotovoltaica lo sabe y se pone a mil... entre dinosaurios y puritanos.
Los “puritanos del mercado marginalista” –así los define otro de nuestros columnistas, Antonio de Lara, en su tribuna de la página 14– deberían ir entendiendo que “la realidad de la transición energética es compleja, por lo que se requiere flexibilidad y adaptación”. Acertada definición: puritanos.
Bruselas beata, reaccionando tan despacio como aprisa crece el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista de España, que en mayo de 2022 ha alcanzado los 187,13 euros el megavatio hora, lo que supone un encarecimiento del 178,78% con respecto al precio medio del mismo mes del año pasado (67,12 euros).
Y todavía va Bruselas –puritana– y me dice que “existe un consenso general sobre el hecho de que el actual modelo de fijación de precios sigue siendo el más eficiente” (lo dice la Comisión Europea, literalmente, en la Comunicación, de 13 de octubre de 2021, Un conjunto de medidas de actuación y apoyo para hacer frente al aumento de los precios de la energía). Sin asomo de rubor. Y uno piensa... Hombre... el más eficiente, el más eficiente... Hombre... consenso general, consenso general...
Vamos despacio, muy despacio.
Hungría ha logrado, al filo del cierre de esta edición, que las sanciones europeas por la invasión rusa de Ucrania no incluyan al patriarca de la iglesia ortodoxa Kirill. Los Veintisiete han aceptado esta concesión para desbloquear el sexto paquete que impone un embargo al petróleo ruso. A los oligarcas sí, pero al patriarca... no. Será el espíritu de la gasolina, que ha obrado el milagro.
Contra esa corriente (o contra corriente), llenamos este número de mensajes y alternativas que seguramente no podrás encontrar en muchos otros sitios. El catedrático de Química Fernando Gutiérrez nos cuenta en la página 87 que “los actuales gasoductos están hechos de acero al carbono, y si circula mucho hidrógeno, ese hidrógeno se va comiendo el carbono, ese acero deja de tener carbono, y entonces se convierte en una especie de hierro dulce que puede no soportar las presiones. Así que hay que desarrollar una red de hidrogenoductos”.
Y desde la cooperativa Sapiens Energía y la asociación Comunitat Energètica Racó de Mar nos dicen (en la página 37) que han puesto en marcha una red de autoconsumo colectivo en Canet d’En Berenguer, que incorpora la más avanzada tecnología en producción y gestión: la primera instalación fotovoltaica de esta comunidad energética se ha construido sobre la cubierta de una vivienda privada y está equipada con un sistema de almacenamiento con baterías y un software de gestión dinámica de los coeficientes de reparto.
En fin, que mientras unos miran al Sol, y aceleran contra la sexta extinción, otros... van despacio. ER no. ER va a 100. Y la fotovoltaica se está poniendo a mil.
Hasta el mes que viene.
Antonio Barrero F.
