Cuando a mediados de julio todo el mundo daba por hecho que la reforma energética que circulaba por no se sabe dónde y que hablaba de tasas específicas para cada tecnología se aprobaría más pronto que tarde, un periodista que conoce bien el sector preguntó a la presidenta de la Asociación Empresarial Eólica, Rocío Sicre, si no estarían todos poniéndose la venda antes de la herida. Y estaba en lo cierto. Porque la temida tasa del 11% a la eólica, de la que se hablaba en aquella rueda de prensa, o la del 4,5% a la biomasa, o el 19% a la fotovoltaica no han llegado a ver la luz.
El proyecto de ley “de medidas fiscales para la sostenibilidad energética” que sí vio la luz el 14 de septiembre incluye nuevos tipos impositivos “para acabar con el déficit de tarifa” y una tasa común del 6% a la generación eléctrica con cualquier tecnología, sin distinguir entre limpias y sucias. De puertas adentro este ha debido de ser el punto intermedio entre las pretensiones de Energía y las de Hacienda, el tira y afloja entre Soria y Montoro. De puertas afuera, todos creen que la reforma energética sigue sin hacerse. A decir verdad, lo cree hasta el ministro de Industria y Energía, que hace unos días anunciaba que presentará próximamente nuevas reformas del sector eléctrico con el objetivo de conseguir “un mix de fuentes energéticas equilibrado y sin déficit tarifario”.
Uno de los aspectos que genera más dudas de este primer capítulo de reformas es la intención del Gobierno de trasladar el coste de las renovables a los Presupuestos Generales del Estado, lo que supondría, de hecho, el fin de las políticas de apoyo que tan buenos resultados ha cosechado en la última década. Aunque ha habido evidentes altibajos, hasta la llegada del RDL 1/2012 que establecía la moratoria de las primas a las renovables, el marco jurídico de apoyo garantizaba una apuesta por las renovables, con independencia del inquilino del Palacio de la Moncloa.
Esas garantías se pueden esfumar por completo. Y las renovables quedarán al capricho del último ministro del ramo. Mal asunto si quien gobierna piensa cosas como las que dijo Soria el 11 de julio en “El Debate”, de TVE: “no es momento para las renovables, sobra potencia instalada y las renovables están primadas y son caras”. Parece haberse aprendido bien el discurso de Unesa.
Hasta el mes que viene.
Luis Merino
lmerino@energias-renovables.com
Pepa Mosquera
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