Han sido más de cincuenta ponentes en trece mesas que han logrado transmitir una exhaustiva radiografía de la industria fotovoltaica en la séptima edición del Foro Solar. Con las conclusiones de tres días de diálogo podemos hacer un diagnóstico sobre la salud del sector en este momento de incertidumbre y transformación en el que vivimos: vamos por el buen camino, pero queda trabajo por hacer.
Sin embargo, existen ciertas incertidumbres, expuestas durante el foro, que hay que abordar sin dilación.
En primer lugar, es fundamental saber cómo se va a asignar el precio de los gigavatios que se quieren desplegar de aquí a 2030. Tenemos un mercado marginalista asignando precios para la energía procedente de unas tecnologías que no tienen costes marginales, lo que plantea importantes incertidumbres.
Las subastas pueden ser la solución, una solución que no pasó sin polémica por el Foro. Depende del posicionamiento estratégico de cada compañía para captar financiación en los mercados su posicionamiento con respecto a este instrumento. También fue claro que no sirve cualquier modelo de subasta, solo aquellos que después ayudan a obtener una buena financiación.
UNEF propone que se establezca un calendario a cinco años con dos convocatorias anuales en las que se prioricen los proyectos maduros, se reserve un 20% para los de menos de 10 MW y se pague el precio ofertado. La estabilidad y previsibilidad es la condición sine qua non.
Es necesario también regular bien el acceso y conexión. Hay que eliminar a todos aquellos actores especuladores que no aportan valor añadido al sector, garantizar que todos tengan información simétrica sobre los puntos de conexión y que nadie abuse de una posición dominante. Se debe priorizar a aquellos proyectos más maduros.
En las mesas se demandó también la necesidad de la racionalización administrativa tanto para autoconsumo como para plantas en suelo. Hemos conseguido que ocho comunidades autónomas deroguen la necesidad de la licencia de obras y se sustituya por una comunicación previa más una declaración responsable, lo que no significa en ningún caso procedimientos más laxos.
El autoconsumo, clave para el sector, está expectante ante la evolución del Covid. Las más afectadas son las instalaciones industriales, más vulnerables ante la crisis. Sin embargo, se está viviendo un repunte en el sector doméstico. Para impulsar el autoconsumo sería necesario, entre otras cosas, revisar la ley de propiedad horizontal, la gestión de excedentes, el autoconsumo colectivo y reducir el término de potencia.
El proceso inversor que se ha abierto con el PNIEC abre un ventana de oportunidad para la consolidación y crecimiento de nuestro sector industrial. Tenemos las bases industriales y tecnológicas para que España se convierta en el auténtico hub fotovoltaico mundial al que aspiramos.
Pero para ello se necesita su reforzamiento. Se puso en evidencia la necesidad de contar con empresa de mayor tamaño a través de alianzas o clústeres, para poder contar con un mayor músculo financiero que les permita incrementar su esfuerzos en I+D. Con ello garantizaríamos su supervivencia pero son necesarias mas medidas complementarias para poder crecer.
El otro gran reto, que no quedó fuera de discusión, es el de la armonización de nuestros proyectos y el medio rural. Tenemos que dialogar con todos los actores y seguir las directrices de medio ambiente elaboradas por UNEF para conseguir soluciones equilibradas entre la naturaleza y las poblaciones locales.
Si abordamos estas tareas de forma racional, conseguiremos llevar a cabo una transformación de nuestro sector eléctrico que dará ventaja a nuestra economía al darle acceso a una energía más barata y limpia. La energía fotovoltaica se convertirá en el vector que sitúe a nuestro país en el camino de la recuperación.