“Son tiempos malos por la falta de voluntad política y esto se refleja en la Feria, en sus mensajes, en su volumen…”. Es la reflexión del máximo responsable de una de las asociaciones de renovables más importantes del España. Son pertinentes el entrecomillado y el anonimato por respeto a la privacidad de una conversación a dos, sin más.
Pabellón 2 de IFEMA, cuatro días de trabajo para las 256 empresas de 18 países que han acudido a la Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente, GENERA que es más coloquial. Se ha cumplido la décimo octava edición, una mayoría de edad a la que se ha llegado saltando con ingenio los obstáculos en los que se tornó el impulso pretérito. Durante años las renovables fueron algo bueno que había que promover, sin color político. Ahora el color y el político son mohínos, en el mejor de los casos.
Y la tristeza, la melancolía, se revuelve y se encara con la memoria de quien no es la primera vez que observa GENERA. Hace años el buje, la transmisión y parte de la góndola de un aerogenerador eólico te asaltaban, brillantes y coloridos. Hoy buscas y encuentras con suerte pequeños representantes de unas máquinas degradadas en presencia que, sin embargo, no desfallecen y muestran músculo (capacidad) generando récords de generación como el del pasado 29 de enero: 17.488 MWh a las siete y veinte de la tarde, el 45,9% de la demanda de electricidad.
Recuerdos de un buje eólico o de una tupida red de tecnólogos, comerciales y visitantes. Año 2010, por ejemplo: 686 empresas de 22 países. Año 2015: 256 empresas de 18 países. Y no es un bajón puntual. De hecho esta ha sido una buena edición en ese aspecto, después de las 231 empresas de 2014. Falta mucho para desandar el camino y recuperar los 348 expositores de 2013 o los 523 de 2012.
Se reduce el espacio y la voluntad de quien maneja los hilos, y a pesar de ello no decae el entusiasmo de quienes siguen creyendo en otro modelo energético y razonan la conveniencia de atender con otro mix la única realidad inmutable: el ser humano necesita energía. Veinte jornadas técnicas avalan el tesón de los ponentes, todos gratificados por la asistencia interesada de muchos profesionales (también ciudadanos) a los que no les gusta la voluntad (o falta de) de quien maneja los hilos.
El salón de conferencias N109 lleno y varias decenas de personas agolpadas en la puerta intentando escuchar. Esta es una de las imágenes más significativas de GENERA porque refleja fielmente que el cambio de modelo es deseado y urgente. En el interior de la sala se hablaba, reflexionaba y preguntaba de autoconsumo fotovoltaico. ¿Expectación por tratarse de un tema novedoso? No parece. Más bien interés por buscar en la tecnología y en el combustible más poderoso que existe opciones a una realidad energética cruel. Dicho en plata: el deseo de bajarse de un sistema concebido como un yugo para el consumidor. O expresado por uno de los ponentes: “uno de los mayores retos es tener un marco regulatorio estable. No queremos ni que sea favorable, lo que queremos es tener unas reglas del juego claras y ya veremos como nos acoplamos”.
Esa misma necesidad se ha reclamado ante los comerciales de las empresas que incluían la palabra “autoconsumo” en sus propagandas. Ellos han sido los más atareados de la feria, sin duda. ¿Se ha perdido el miedo al impuesto al Sol, si es que existe o alguna vez existió semejante tasa de terror? Probablemente. Pero la alegría del que oferta independencia contrasta con la cabeza marchita de quien a duras penas aguanta la batalla. Se esfuerza, recorta el tamaño del puesto ferial, recibe con una sonrisa pálida y acaba reconociendo que ha rescindido el contrato de aquella persona por cuya ausencia preguntas.
Cuatro días de GENERA, como las cuatro aspas de los molinos quijotescos, para que unas 15.000 personas (esa era la previsión oficial) hayan buscado interés entre energía, autoconsumo o eficiencia. ¿Son muchas? Como siempre depende con qué lo compares. El pabellón contiguo dedicado a la climatización esperaba 50.000 almas. La diferencia hace inoperante aguardar las cifras oficiales para cerrar crónica. En este caso el dato estimado es más que suficiente.
Así ha sido GENERA, ¿¡qué Genera?! A cada uno corresponde elegir interrogante o exclamación, que en estas páginas nadie regula ni multa por voluntad propia o mandato ajeno.