Las encuestas dicen que hoy los españoles votarían igual que el 22-M. ¿Cómo se explica? Pues por la misma razón de por qué un gobierno en tiempo de descuento sigue decidiendo en contra de las renovables. Hace tiempo que el PSOE renunció a hacer política energética. Su apoyo a la OPA hostil de Gas Natural sobre ENDESA, en agosto de 2005, abrió un periodo de operaciones corporativas y de compra venta de activos energéticos que ha movido más de 22.000 millones de euros. Hace un año se aprobó la eliminación de las limitaciones a los accionistas minoritarios en empresas cotizadas que entró en vigor el pasado mes de julio y en solo un mes CEPSA es 100% de ABU DHABI y la alianza de SACYR con PEMEX pone en riesgo de venta REPSOL y GAS NATURAL, a la espera de lo que ACS quiera hacer con IBERDROLA.
La opción por una estrategia energética especulativa ha dado como resultado que las grandes constructoras, los bancos y las eléctricas hayan generado enormes beneficios atípicos, que la mayor parte de nuestro sistema energético tenga dueños extranjeros y que se haya permitido el incremento de nuestra dependencia energética hasta niveles que ningún país serio ha admitido en ninguna otra parte del mundo. Pero desde 2008, el descenso de la demanda energética por la crisis requería frenar el crecimiento de las renovables para preservar el dominio en el mix del carbón, el gas y la nuclear y, ante todo, el valor de sus acciones.
Cuando todas las alarmas han saltado ante el intento de reinstaurar la censura previa en RTVE, sorprende que no se enciendan esas mismas alarmas cuando nuestra seguridad energética se pone en venta o cuando a lo largo de esta última legislatura se ha ido desmontando el liderazgo de España en renovables. ¿Cómo el Presidente del Gobierno ha podido pasar de anunciar que el mundo dejaba la era del carbón y el petróleo para entrar en la de las renovables a firmar en el BOE que las renovables son un grave riesgo para el sistema?
A mediados de septiembre se produjo el cambio del Presidente de la CNC. Luis Berenguer ha sido el único que ha denunciado la falta de competencia, los abusos y los beneficios extraordinarios en la distribución de la luz, el gas y los carburantes; pero ni siquiera contó con el apoyo del Gobierno y del partido que lo nombró. Ahora la CNE quiere investigar qué pasa en las subastas que desde hace dos años fijan el precio de la luz porque se sabe que ahí también se especula. Sin embargo, las ayudas aprobadas al carbón, los pagos por disponibilidad al gas, permitir alargar la vida de las nucleares, el mantenimiento de los beneficios extra de la nuclear y la gran hidráulica y la negativa a modificar el método de conformación de precios del pool contrastan con las medidas contra la estabilidad regulatoria y la seguridad jurídica de todas las renovables, con la negativa a regular el autoconsumo y la generación distribuida, la negativa a tramitar la Ley de renovables prometida y aprobar un PER cuyo objetivo principal es retrasar el crecimiento y la competitividad de las renovables hasta después de 2020.
Hay muy poco que investigar para apreciar la evidencia de que el Ministerio de Industria, desde 2008, sólo se ha dedicado a defender el sistema convencional, el más caro para España por el coste insostenible de las importaciones energéticas, el derroche de energía y de las emisiones de CO2; pero es el que interesa defender en el gran bazar en que entre unos y otros han convertido nuestro mercado energético.
Alguien me decía que era mejor que el PER se aprobara ahora. Yo digo que no, que el tránsito de la ilusión a la decepción ya lo hemos sufrido y mejor que ya no toquen nada. Solo cabe comprometernos todos a que se hable de energía para exigir el compromiso ético de que no se puede defender lo mismo y lo contrario y que no se puede permitir que los problemas se sigan cargando a las futuras generaciones.
