Primero Iberdrola y Endesa anunciaron que iban a habilitar el acceso de los clientes a la información de sus contadores inteligentes. A continuación, las distribuidoras integradas en asociaciones como Aelec, Aseme y Cide anunciaron la creación de una Plataforma Central de Servicios de Distribución para permitir el acceso de los consumidores, y quienes ellos autoricen, a la información de sus datos de consumo de electricidad para cumplir lo que establece la Directiva (UE) 2019/944 sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad.
Estos anuncios desvelan las barreras que aún existen hoy para que los consumidores puedan acceder a los datos de sus contadores inteligentes y cómo las eléctricas imponen y administran esas barreras. Para entender mejor lo que esto significa conviene tener en cuenta lo que establece la citada Directiva (UE) 2019/944.
Las directivas europeas han cambiado la función de los contadores inteligentes
La Directiva sobre el mercado interior de la electricidad forma parte del conjunto de directivas del “paquete de invierno” y todas establecen como objetivo común que los consumidores han de participar directamente, o a través de agregadores, en el mercado eléctrico, beneficiándose de las ventajas de los contadores inteligentes y del autoconsumo. La Directiva (UE) 2019/944 dedica seis artículos (del 19 al 24) a los contadores inteligentes con los siguientes contenidos:
• Las empresas eléctricas deben introducir sistemas de medición inteligentes, interoperables con la gestión de la energía del consumidor, para contribuir a la participación activa de los clientes en el mercado de la electricidad.
• Los Estados miembros publicarán los requisitos de los sistemas de medición inteligentes para garantizar su interoperabilidad a fin de proporcionar información para la gestión de la energía del consumidor y supervisarán su despliegue, así como la obtención de beneficios por los consumidores.
• Los sistemas de medición inteligentes contabilizarán el consumo real de electricidad y serán capaces de proporcionar a los clientes información sobre el tiempo real de uso. Los datos de consumo histórico serán accesibles y visibles de manera fácil para los clientes finales, a través de un interfaz normalizado o de un acceso a distancia, para apoyar programas de eficiencia energética, gestión de la demanda y otros servicios.
• La seguridad de los sistemas de medición inteligente estará garantizada al máximo nivel de protección en materia de ciberseguridad, así como la privacidad de los clientes finales y la protección de sus datos.
• Los operadores de los contadores deberán garantizar que los contadores de los clientes activos que viertan electricidad a la red puedan contabilizar la electricidad vertida desde sus propias instalaciones (autoconsumo). Los datos sobre la electricidad vertida a la red se pondrán a disposición de los clientes o a disposición de un tercero que actúe en su nombre.
• Se facilitará a los clientes finales información y asesoramiento antes o en el momento de la instalación de los contadores inteligentes, en particular sobre su potencial en relación con la lectura y seguimiento del consumo de energía.
• Los Estados miembros velarán porque las empresas eléctricas apliquen los requisitos de interoperabilidad y los procedimientos para acceder a los datos de los contadores.
El cliente activo es ahora el principal actor del mercado eléctrico
La nueva directiva tiene un plazo de trasposición hasta el 31 de diciembre de 2020, pero respecto a los contadores inteligentes repite lo que estableció la Directiva 2012/27/UE, de eficiencia energética, que después de siete años sigue sin trasladarse a nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, la Directiva (UE) 2019/944 ha introducido un cambio fundamental como es la figura del “cliente activo” como nuevo elemento que participa directamente en el sistema eléctrico, independientemente del suministrador.
En su artículo 2 define el “cliente activo” como el cliente o grupo de clientes que consume, genera, almacena y vende electricidad autogenerada y participa en planes de flexibilidad o de eficiencia energética. El “cliente activo” se superpone a la compañía suministradora y es quien contrata los servicios que requiere para gestionar la demanda en su propio centro de consumo y participar en el mercado eléctrico.
El cliente necesita interactuar en tiempo real con su contador, que deberá estar interconectado a otras instalaciones, como autoconsumo, punto de recarga del vehículo eléctrico, calefacción y refrigeración, electrodomésticos y otras aplicaciones inteligentes para que el consumidor pueda gestionar su demanda y ahorrar energía”
La primera función de los contadores inteligentes es la eficiencia energética
Si hasta ahora la función del contador era la facturación al cliente, las directivas europeas establecen que su principal función es la eficiencia energética, facilitando a los consumidores la gestión de su demanda a través del acceso a la información del contador para reducir sus costes energéticos.
Es evidente que la campaña de renovación de contadores y su sustitución por contadores inteligentes que desde hace años se ha llevado a cabo en España se ha hecho incumpliendo por completo las directivas europeas, especialmente en lo que se refiere a la información a los clientes y las oportunidades de ahorrar energía, por negligencia de los reguladores.
La falta de regulación sobre contadores y la no trasposición de las directivas europeas perjudica a los consumidores, dejando a las empresas eléctricas como dueñas del contador para facturar más al consumidor y dueñas de su big data para utilizar con opacidad la información a la que el cliente no puede acceder.
Para las directivas europeas el objetivo de los contadores inteligentes es procurar beneficios al consumidor en forma de ahorros de energía y, conectados a otras aplicaciones inteligentes, que el consumidor pueda gestionar su demanda consumiendo solo la energía que necesite y cuando disponga de generación renovable.
De esta manera el consumidor se convierte en el dueño del contador y de la energía flexible que resulta de ajustar en tiempo real la oferta y demanda de energía en su propio centro de consumo.
La cuestión no es lo que factura el contador inteligente sino si el contador inteligente sirve al cliente para ahorrar energía y participar directamente como cliente activo en el mercado eléctrico.
Este artículo se publicó originalmente en La Oficina de JGB