La nueva investigación de BNEF rebaja los costes de obtención de hidrógeno que había ofrecido en informes anteriores y contiene algunas conclusiones importantes para los productores y consumidores de H2 de todo el mundo, así como para las empresas de carbón y gas. Una de las principales es que con el apoyo político adecuado, los costes de producción de hidrógeno verde a partir de electricidad renovable serán hasta un 85% más bajos en 2050 que ahora, lo que lleva a costes inferiores a 1 dólar/kg en 2050 (y a menos de 2 dólar/kg) en la mayoría de los 28 mercados analizados por la consultora.
El abaratamiento de la energía solar, sobre todo, pero también el de la eólica terrestre, están detrás de este acusado descenso. Los costes ofrecidos ahora para el hidrógeno por BNEF para 2050 son un 17% inferiores a su previsión anterior y un 13% menores a los que había estimado para 2050. "Ahora pensamos que la electricidad fotovoltaica será un 40% más barata en 2050 de lo que pensábamos hace sólo dos años, gracias a una fabricación más automática, un menor consumo de silicio y plata, una mayor eficiencia fotovoltaica de las células solares y un mayor rendimiento de los paneles bifaciales", señalan desde la consultora.
Desde BNEF explican que el coste de la electricidad representará la mayor parte del coste de producción de H2 renovable en 2030, y los costes relacionados con los electrolizadores el resto. En 2050, el coste asociado a la electricidad debería acercarse al 90%. Todo ello hará que obtener hidrógeno a partir del gas natural sea más caro que hacerlo con renovables. Incluso el gas costará más que el hidrógeno verde en términos de energía equivalente. BloombergNEF dice que así será, al menos, en 15 de los 28 mercados que ha analizado; países que en 2019 representaban un tercio del PIB mundial.
Nuevo mapa energético
Según Martin Tengler, analista principal de hidrógeno en BloombergNEF, estos costes tan bajaos del H2 verde "podrían reescribir completamente el mapa energético. En el futuro, al menos el 33% de la economía mundial podría funcionar con energía limpia sin pagar ni un céntimo más de lo que se paga por los combustibles fósiles". Ahora bien, añade Tengler, "la tecnología requerirá un apoyo continuado de los gobiernos para llegar a ese punto: ahora estamos en la parte alta de la curva de costes y se necesitan inversiones con apoyo político para llegar a la parte baja."
En cualquier caso, el analista cree que "para 2030 tendrá poco sentido económico construir instalaciones de producción de hidrógeno azul en la mayoría de los países, a menos que las limitaciones de espacio sean un problema para las energías renovables". Y pronostica que las empresas que actualmente apuestan por la producción de hidrógeno a partir de combustibles fósiles con captura y almacenamiento de carbono (CAC) tendrán, como mucho, diez años antes de que "sientan el pellizco". "Con el tiempo, esos activos se verán subvalorados, como está ocurriendo actualmente con el carbón en el sector eléctrico", concluye.