La aprobación de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y derivados ha ido acompañada de la creación del Comité Interinstitucional del Hidrógeno Verde y derivados de Panamá (CIHIVE). La iniciativa forma parte de la agenda de transición energética del país y la creación de este comité facilitará el desarrollo de los trabajos necesarios para la adopción e implementación del H2 verde, con el apoyo de las instituciones públicas, universidades, empresas y asociaciones del sector privado, según ha informado el Gobierno en un comunicado.
En concreto, con esta estrategia se pretende posicionar a Panamá como la ruta global del hidrógeno verde y sus derivados, potenciando su ubicación geográfica e infraestructuras para abastecer con energías renovables al sector logístico, doméstico, marítimo, aéreo y transporte terrestre. Y a la par, ir desarrollando las capacidades que permitan establecer un mercado "innovador" de este sector energético en el país, señala la información oficial.
América Latina "es la región del mundo con la mayor penetración de energías renovables en su generación eléctrica", y entre sus países, Panamá busca convertirse en un nodo de almacenamiento y comercialización de hidrógeno verde, dijo el pasado mes de septiembre a EFE el secretario panameño de Energía, Jorge Rivera. En ese escenario, añadió Rivera, Panamá trabaja en una transición energética "alineada" con los objetivos de descarbonización y de un balance entre seguridad energética, accesibilidad y costos para los ciudadanos.
La Secretaría Nacional de Energía de Panamá proyecta que para 2030 el país produzca 500.000 toneladas de H2V y sus derivados y el 5% de la oferta del repostaje marítimo (bunkering) en Panamá se haga con estos combustibles. Diez años más tarde, el objetivo de las autoridades panameñas es elevar la producción a dos millones de toneladas y que la oferta de bunkering sea del 30%. Para 2050, el objetivo de bunkering es del 40% y del 30% en H2V y derivados en el caso de la aviación.