La declaración, recogida por la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), fue hecha poco después de la reunión que mantuvo el pasado lunes Ursula von Der Leyen con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia. La presidenta de la Comisión Europea también señaló que la UE tiene como objetivo importar 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable cada año en el marco del llamado Acuerdo Verde Europeo y se mostró convencida de que es posible construir un mercado transatlántico de hidrógeno limpio.
La visita a Brasil de Von der Leyen forma parte de su recorrido por varios países de América Latina para fortalecer los lazos políticos y comerciales con esta región del globo. Desde la invasión rusa de Ucrania, la Unión Europea ha buscado socios "afines" que le proporcionen otras fuentes de comercio y minerales esenciales necesarios para su transición ecológica y le ayuden a reducir su dependencia de China.
Según la Agencia Internacional de la Energía, sólo la sustitución del hidrógeno gris (elaborado a partir de combustibles fósiles) por hidrógeno verde (elaborado con energías renovables) yudaría a ahorrar unos 830 millones de toneladas de carbono al año, equivalentes a las emisiones del Reino Unido e Indonesia juntas. Si tenemos en cuenta el potencial de sustitución de otros combustibles contaminantes -en la siderurgia y la aviación, por ejemplo-, el impacto positivo para el medio ambiente es aún mayor.
Actualmente, Brasil es el tercer productor mundial de energías renovables, sólo por detrás de Estados Unidos y China y uno de los más competitivos en términos de precio. Gracias a ello, BloombergNEF pronostica que Brasil será uno de los únicos países capaces de ofrecer hidrógeno verde a un coste inferior a 1 dólar por kilo en 2030. Considerando el largo plazo (2050), la cifra podría caer a 0,55 US$/kg.