La electrólisis es la ruptura de la molécula del agua (H2O) en hidrógeno y oxígeno, ruptura que ejecutan los denominados electrolizadores, que son máquinas que, si son alimentadas con energías renovables y solo renovables, producen lo que se ha dado en denominar hidrógeno verde (verde porque en ese proceso de fabricación no hay ningún tipo de emisión de gases de efecto invernadero). Pues bien, la fabricación de hidrógeno a partir de agua y con el uso de energía solo renovable está experimentando un auténtico bum en todo el mundo. Según IHS Markit, la cartera de proyectos de fábricas de hidrógeno verde a desarrollar a diez años vista (2021-2030) supera los 23.000 megavatios de capacidad, más de 280 veces la capacidad actual (82 megas).
La consultora concreta tres números: los proyectos ya anunciados, planificados y/o en construcción (proyectos de fabricación de hidrógeno verde a partir de agua y energías renovables) suman hoy como se dijo 23.000 megavatios; sumaban a finales de 2019 ocho mil; y apenas alcanzaban los 5.000 a finales de 2018. IHS habla en su informe de "múltiples gigafactorías en desarrollo". Según la directora ejecutiva del departamento de Hidrógeno y Gases Renovables de esta consultora, Catherine Robinson, "este creciente interés está siendo conducido por la caída de los costes de producción de energías renovables y por la caída de los costes de la electrólisis, por una parte, y por el creciente foco que los Gobiernos están colocando en el hidrógeno verde, por otra".
Los costes de producción de hidrógeno verde han caído un 40% en solo cinco años, desde 2015, y está previsto caigan otros 40 puntos de aquí a 2025, según IHS Markit. La reducción de los costes de la electricidad de origen renovable ha supuesto, desde 2015, dos tercios de la reducción de los costes de producción de hidrógeno verde, mientras que el otro tercio de caída sería debido a la reducción del coste de la electrólisis propiamente dicha. A partir de 2025, IHS Markit prevé que la mayor reducción de costes se deba al desarrollo de proyectos de electrólisis más grandes. Y, a partir del año 2030, la consultora estima que el coste del hidrógeno verde podría caer por debajo de los dos dólares el kilogramo, lo que haría competitivo al hidrógeno verde con el producido a partir de gas natural y con captura de CO2, que es la alternativa que defiende la industria del oil&gas.
Los objetivos y los marcos gubernamentales de apoyo están siendo definidos ahora en todas partes. Según IHS Markit, el hidrógeno bajo en carbono se ha introducido en la agenda postCovid (en los planes de recuperación) de muchos gobiernos, que están empezando a incluir al hidrógeno en sus estrategias climáticas de largo plazo. Seis países europeos, la Comisión Europea, Rusia y Chile habían publicado ya en mayo sus respectivas estrategias de hidrógeno (España la ha publicado en octubre). Esas estrategias establecen objetivos de producción para el hidrógeno bajo en carbono y para la electrólisis y comienzan a definir los mecanismos de apoyo con los que podrán contar los desarrolladores de proyectos.
Soufien Taamallah, director del departamente de Tecnologías Energéticas e Hidrógeno en IHS Markit: "para el año 2030, IHS Markit prevé que los costes del hidrógeno verde podrían caer por debajo de los dos dólares el kilo. Este coste es el Santo Grial de la electrólisis, pues ese es el hito a partir del que el hidrógeno verde comienza a ser competitivo con el hidrógeno tradicional" [El hidrógeno tradicional es fabricado a partir de un hidrocarburo -el gas natural- y en un proceso del que se derivan emisiones de gases de efecto invernadero]
Según las proyecciones de IHS Markit, la demanda de electricidad de las fábricas de hidrógeno se va a convertir en un nuevo nicho de negocio, pues, si se materializan las previsiones (los 23.000 megavatios), a mediados de década (de la década de los 20), la electricidad suministrada a los electrolizadores podría ser equivalente a la demanda total de electricidad de un país como Bélgica o un estado como Nueva Jersey.
Pero las simulaciones de la consultora van más allá aún: a principios de los años 40 -vaticina IHS Markit- la producción de hidrógeno verde podría ser el uso singular más importante de electricidad, por encima incluso del sector industrial. En ese sentido, la consultora concluye que el despliegue de nueva potencia de generación baja en carbono -particularmente en
regiones con elevado recurso renovable- se va a acelerar".
Frederick Ritter, Senior Research Analyst, Global Gas, IHS Markit: "la producción de hidrógeno tiene el potencial de convertirse en sí misma en un nuevo sector demandante de electricidad. El desarrollo a gran escala de nueva potencia de generación será necesario para atender esa demanda, sobre todo en regiones con recursos renovables de alta calidad"