"Nuestra intención es (precisamente porque se subraya ese carácter europeo, ese interés común [del gasoducto BarMar]), poder presentar el proyecto a la convocatoria de infraestructuras de interés comunitario y que haya una financiación europea que sufrague la mayor parte del proyecto". Lo ha dicho la vicepresidenta del Gobierno Teresa Ribera en una entrevista que ha concedido a Catalunya Ràdio este viernes recogida por Europa Press. Ayer, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un acuerdo con sus homólogos francés y portugués para sustituir el proyecto de gasoducto MidCat por un "nuevo corredor de energía (así lo ha presentado)" que va a conectar (vía Barcelona-Marsella) la Península Ibérica con el resto de la Unión Europea. La principal diferencia entre una y otra obras es el carácter de submarina de la opción BarMar, lo que previsiblemente encarecerá de manera relevante la solución finalmente elegida.
Declaraciones de Pedro Sánchez, ayer, tras la reunión tripartita
«Los tres gobiernos hemos llegado al acuerdo de sustituir el proyecto del MidCat por un nuevo proyecto que se va a denominar Corredor de Energía Verde, que va a unir la Península Ibérica a Francia y por tanto, al mercado energético europeo, planteando la alternativa de Barcelona- Marsella y por tanto, crear un pipeline, una tubería, para el hidrógeno verde, pero también durante la transición para el gas que necesite el mercado energético europeo entre Barcelona y Marsella.
Hemos quedado mandatados en volver a reunirnos los tres gobiernos a nivel de líderes, el presidente de la República Francesa, el primer ministro Costa y yo mismo, el próximo 8 y 9 de diciembre en Alicante, donde se va a celebrar, como saben ustedes, la Cumbre del EuroMed, de los nueve países de la Unión Europea que pertenecen a la Unión para el Mediterráneo y por tanto, allí vamos a continuar trabajando conjuntamente los tres gobiernos para dar respuesta a tres aspectos fundamentales a ojos del Gobierno de España. En primer lugar, los plazos para la inversión. En segundo lugar, el reparto de costes. Y en tercer lugar, lógicamente, el volumen de recursos económicos que vamos a tener que implicar»
Ribera ha adelantado que las obras de puesta en marcha del gasoducto podrían tardar "cinco, seis o siete años". La ministra ha explicado por otro lado que ayer llamó al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para explicarle los términos en los que se había fraguado el acuerdo y ha destacado que, si bien las competencias del proyecto son del Ejecutivo central, "la implicación y capacidad de interlocución con la Generalitat es importante".