Titulado Hydrogen to clean up energy with $10 trillion spend (El hidrógeno limpiará la energía con un gasto de 10 billones de dólares), el informe de Rethink Energy ofrece una previsión mundial de la demanda de hidrógeno hasta 2050, con cifras correspondientes a 21 países y 14 sectores diferentes de la economía. Señala que, a mediados de siglo, una inversión total de 10 billones de dólares habrá reducido el coste del hidrógeno en más de un 95% respecto a los niveles de 2020, lo que multiplicará por 10 la demanda mundial. En total, se necesitarán 771 millones de toneladas de hidrógeno al año cuando el mundo se dirija hacia las emisiones netas cero en esta línea de tiempo.
Según la compañía, el viaje ya ha comenzado. El informe señala la enorme aceleración de la actividad del mercado sólo en el último año, con el anuncio de nuevos proyectos a escala de gigavatios e instalaciones de producción de electrolizadores semana tras semana. Y en tan sólo dos años, el hidrógeno verde -producido por electrolizadores impulsados por electricidad renovable- rebajará el coste de los actuales y contaminantes suministros de hidrógeno gris.
De acuerdo con el trabajo de Rethink Energy, para 2026, esto será así en todo el mundo, incluso en los países que se esfuerzan por sacar provecho de sus últimos activos de petróleo y gas. Como este calendario no tiene en cuenta cualquier avance repentino que pueda producirse para reducir el coste del hidrógeno verde, esté podría reducirse mucho más rápido de lo previsto, añaden.
Una transformación que llegará a todos
Ningún sector –desde los fabricantes de cemento hasta los fondos de inversión– quedará al margen de esta transformación. La urgencia climática y la responsabilidad que se está imponiendo en la política mundial está llevando a las industrias a tener muy presente su impacto ambiental y, según advierten desde Rethink, las empresas que actúen tarde y emitan mucho se enfrentarán a una cada vez mayor falta de apoyo por parte de los inversores.
La compañía añade que además de las ventajas de coste inherentes a una tecnología que bajará tan rápidamente de coste, cuando el hidrógeno verde sustituya al petróleo y al gas creará un nuevo panorama para la geopolítica y el comercio de materias primas limpias. "Derribará industrias construidas sobre la base de la corrupción y abrirá amplias oportunidades para que los países en desarrollo capitalicen de forma sostenible sus (a menudo inmensos) recursos naturales", aseguran los autores del informe.
Industrias como la siderurgia y la producción de cemento, que llevan siglos utilizando técnicas ancestrales, también se verán obligadas a cambiar. Ya están en marcha proyectos piloto que demuestran que el hidrógeno es su mejor opción para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, y se espera que la producción a escala comercial llegue a partir de 2024.
Transporte y calefacción
Aunque el transporte de pasajeros seguirá dominado por los vehículos eléctricos, las ventajas logísticas de almacenar, distribuir y repostar con hidrógeno harán que se utilice una proporción cada vez mayor de hidrógeno verde en vehículos de mayor tamaño. En el caso de los camiones pesados, el hidrógeno será la opción elegida por la mayoría de los operadores, mientras que los portadores de hidrógeno (ya sea de combustibles electrónicos o de amoníaco) serán esenciales en los mercados de la aviación y el transporte marítimo a partir de finales de la presente década.
En cuanto a la calefacción y el suministro de energía, la electricidad renovable será la principal ganadora. Pero la necesidad de enfoques basados en el gas para varios retos logísticos en estos mercados hará que quede un segmento material que necesitará hidrógeno verde para descarbonizarse. La mera escala de la demanda energética de estos sectores hará que se conviertan en dos de los usuarios dominantes de hidrógeno para 2050.
Rethink Energy señala, por último, que el papel de las empresas de servicios públicos y de los proveedores de energía se entrelazará con estas industrias, creando una gran cantidad de oportunidades en toda la cadena de valor del hidrógeno, así como graves riesgos para aquellos que no actúen o innoven ahora. Para los desarrolladores de pilas de combustible, electrolizadores, las tecnologías renovables que los alimentan y la infraestructura de distribución que lo une todo, los próximos años serán vitales para definir a los ganadores y perdedores de la transición. Muchos ya han perdido, asegura Rethink Energy.
Nuevas relaciones internacionales
La Agencia Internacional de Energías Renovables, IRENA, presentó este fin de semana otro informe – Geopolítica de la transformación energética: El factor hidrógeno– en el que también incide en que el rápido crecimiento de la economía mundial del hidrógeno puede traer consigo importantes cambios geoeconómicos y geopolíticos que den lugar a una ola de nuevas interdependencias.
IRENA señala que el hidrógeno está cambiando la geografía del comercio energético y regionalizando las relaciones energéticas, lo que apunta a la aparición de nuevos centros de influencia geopolítica basados en la producción y el uso de este vector energético, a medida que el comercio tradicional de petróleo y gas disminuye. La agencia estima que, impulsado por la urgencia climática y los compromisos de los países con las cero emisiones, el hidrógeno cubrirá hasta el 12% del uso energético mundial en 2050.
Pero el director general de IRENA, Francesco La Camera, dejó claro en la presentación del informe que el hidrógeno no es un nuevo petróleo. La transición energética, explicó, no es sustituir un combustible por otro "sino el cambio a un nuevo sistema con alteraciones políticas, técnicas, medioambientales y económicas" con acuerdos bilaterales que diferirán significativamente de las determinadas por los hidrocarburos.
Así, el hidrógeno verde puede ayudar a países con un alto potencial renovable (caso de España) a atraer industrias de alto consumo energético; y participar en la cadena de valor del hidrógeno puede impulsar la competitividad económica. El hidrógeno limpio también ayudará a reforzar la independencia energética, la seguridad y la resiliencia, al reducir la dependencia de las importaciones y la volatilidad de los precios e impulsar la flexibilidad del sistema energético.
Sin embargo, no todas son buenas noticias: la escasez de algunas materias primeras relacionadas con las energías renovables y el hidrógeno limpio, unido a fluctuaciones de precios, podrían repercutir en las cadenas de suministro de hidrógeno y afectar negativamente a los costes e ingresos.
IRENA señala, no obstante, que "formular las normas y la gobernanza del hidrógeno podría generar competencia geopolítica o abrir una nueva era de cooperación internacional reforzada". Considera, asimismo, que "ayudar en particular a los países en desarrollo a desplegar las tecnologías del hidrógeno verde y poner en marcha industrias del hidrógeno podría evitar el crecimiento de la brecha mundial de la descarbonización".
En cuanto a fechas, la agencia pronostica en en la presente década se producirá una gran carrera por el liderazgo tecnológico en el hidrógeno verde, si bien para que la demanda despegue habrá que esperar hasta mediados de la década siguiente.