La Agencia informa que en la nueva margen derecha se ha ejecutado un muro de escollera seca de 135 metros de longitud, con alturas variables comprendidas entre los 2,20 y 3,80 metros, que sostendrá el terraplén que conforma la pista de acceso a Leitzaran. Con objeto de reducir posibles afecciones, este terraplén ha sido protegido mediante una manta de coco biodegradable. Asimismo -continúa URA-, se ha aprovechado para reponer una tubería de abastecimiento, así como para arreglar la Vía Verde del Leitzaran: "de esta forma se asegura la movilidad por la actual pista y permite el paso de residentes, paseantes del trazado del antiguo ferrocarril del Plazaola así como a los vehículos de extinción de incendios y de explotación forestal de este valle".
Relación ecológica
La antigua presa de Inturia -explica URA- constituía el obstáculo más importante en el río Leitzaran por interrumpir drásticamente la relación ecológica entre los tramos que se sitúan aguas arriba y abajo. El amplio embalse artificial que generaba la presa interrumpía también la sucesión de tramos rápidos y pequeños remansos que necesita la fauna fluvial para habitar esta zona. Dada las dimensiones de la presa -concluye la Agencia-, hubo de acometerse la demolición por fases con el objetivo de que el río restableciera paulatinamente el régimen de caudales sólidos (sedimentos). Las dos primeras fases de la demolición se llevaron a cabo en el marco de GuraTrans, una iniciativa de cooperación transfronteriza con el objetivo de mejorar la gestión de los ríos del Pirineo Occidental. Estos trabajos están adscritos al Programa LIFE de la UE.