El hidrotornillo se basa en el milenario ingenio hidráulico del Tornillo de Arquímedes. Según explican desde esta ingeniería española, “a este mecanismo, que servía para bombear el agua del cauce del río hacia las zonas altas, le hemos aplicado una ingeniería inversa, transformándolo en una turbina de microgeneración hidráulica”. Así, y a través del relieve y la caída del agua, el hidrotornillo es capaz de generar energía completamente limpia y constante, entregando potencias que oscilan entre un kilovatio y cien kilovatios por turbina. dependiendo de las condiciones naturales existentes para el desarrollo y dimensionamiento de la máquina. Pues bien, Sinfin Barreda, que así ha sido denominada la central microhidráulica construida en el río Saja, aprovecha un caudal de agua de cinco metros por segundo y un salto de 2 metros de altura para generar electricidad gracias a los dos hidrotornillos instalados en paralelo (35 kilovatios de potencia cada uno). Las turbinas -explican desde Sinfin- tienen un “diseño fish-friendly, por lo que permiten el descenso seguro de los peces entre los álabes del rotor”. La instalación -“aprovechamiento hidroeléctrico de aguas de uso industrial”- se puso en funcionamiento el pasado 30 de enero, tras varios meses de pruebas, y produce ya electricidad que será usada “para su venta a la red eléctrica y para desarrollar proyectos experimentales de autoconsumos no domésticos”.