Según los datos recopilados por APPA Hidráulica, que representa desde hace más de 30 años los intereses de esta tecnología, las centrales minihidráulicas han funcionado en 2017 una media de 1.400 horas, cifra muy alejada del modelo de retribución oficial (2.750 horas), "modelo no diseñado para esta tecnología.", indican desde la asociación.
A la pérdida de ingresos por la menor venta de energía al mercado, hay que añadir, además, que algunas centrales no alcanzarán el umbral mínimo de funcionamiento. Esto hará que se pierda alrededor del 25% de la retribución (Ri) sin que los productores puedan hacer nada para remediarlo. Con la reforma eléctrica de 2013, el sector ya tuvo que asumir una pérdida del 67% de la retribución regulada.
Año nefasto
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la NASA han confirmado que 2017 ha sido uno de los tres años más calurosos desde 1880, completando esta triada los años 2015 y 2016. Adicionalmente, España ha sufrido en 2017 una importante sequía y las centrales hidráulicas sufrieron sus efectos de forma severa.
Con los datos en la mano, la actual sequía ha provocado la mayor disminución de la generación hidráulica desde que se produjo la moratoria renovable y se modificó el esquema retributivo. Tendríamos que remontarnos a 2012, cuando la hidráulica aportó el 7,7% de la generación eléctrica, para ver cifras similares.
La sequía ha afectado a la generación de todo tipo de centrales hidráulicas, grandes y pequeñas, dado que la aportación total se redujo un 47,5% en el cómputo global respecto al año 2016. La diferencia está en que las centrales minihidráulicas, la forma de generación eléctrica más respetuosa con el medioambiente, suele estar en manos de pequeñas y medianas empresas que tienen más dificultad para asimilar esta disminución en los ingresos que los adjudicatarios de grandes centrales. Aunque en promedio la perdida prevista es del 25%, en algunos casos las pérdidas de ingresos son prácticamente del 100%, de acuerdo con APPA.
"A la grave penalización que ya supone la disminución de generación por causas de la sequía, que ha provocado pérdidas muy cuantiosas en la venta de energía eléctrica, se añade la posible e injusta pérdida de la retribución regulada", añade la asociación, que califica de "perverso" el modelo retributivo.
Cuando el agua escasea
"El actual modelo retributivo no está diseñado para la tecnología minihidráulica, que sufre importantes variaciones de producción anual. Esto conlleva que existan penalizaciones importantes por reducir la generación y no se prevean excepciones como la actual sequía", indica la asociación, y explica que esta exigencia de un mínimo de producción fue un mecanismo tendente a incentivar la disponibilidad de las centrales y no desperdiciar el recurso renovable.
Sin embargo, cuando el agua escasea, las centrales minihidráulicas se quedan sin recurso sin que exista ninguna opción posible para aumentar la producción y sufriendo, por la sequía, una penalización adicional.
Ante esta situación, desde el sector se pide al regulador que, al igual que se aplican medidas excepcionales para la agricultura o la ganadería cuando hay graves sequías, se tengan en cuenta los efectos negativos que produce la sequía en el sector.
“Simplemente pedimos que se entienda el problema que afecta a esta tecnología”, ha explicado Oriol Xalabarder, presidente de APPA Hidráulica. “No pedimos incrementar los costes del sistema, pero sí que se retribuya al sector hidráulico con la partida prevista sin que exista penalización adicional por la sequía que sufrimos”, ha comentado Xalabarder.