La promotora del proyecto, la multinacional española Iberdrola, había recibido la autorización para el desarrollo del NECEC a principios de 2021 y llevaba ya invertido en el 450 millones de dólares. Sin embargo, los ciudadanos del Estado de Maine votaron en referéndum el pasado mes de noviembre en contra de la construcción del proyecto, que están desarrollando Central Maine Power, filial de Avangrid, junto con la canadiense HydroQuebec. Una decisión que el 30 de agosto pasado declaraba inconstitucional la Corte Suprema de Justicia de Maine.
En un comunicado, Avangrid afirma que esta decisión de la Corte de Justicia, tomada por unanimidad, "es una victoria para la expansión de la energía limpia, el desarrollo de la transmisión y los esfuerzos de descarbonización en Maine, Nueva Inglaterra y en todo el país".
La compañía añade que "es hora de alejarse del 'statu quo' de las empresas de combustibles fósiles que, sin duda, continuarán su lucha por mantener un dominio absoluto en el mercado energético de Nueva Inglaterra”. Estas compañías, continua, habían tratado de frenar el proyecto "de todas las formas legales posibles, presentando desafío tras desafío en un esfuerzo desesperado por mantener su participación en el mercado".
Avangrid asegura que el NECEC es bueno para Maine, "ya que generará cientos de puestos de trabajo y cientos de millones de dólares de inversión en el Estado sin costo alguno para Maine" y ofrecerá precios de energía más bajos, ayudando a protegerse "contra las fluctuaciones salvajes en el precio que ahora están experimentando los habitantes de Maine que dependen de los combustibles fósiles".
El objetivo es que la interconexión permita el transporte de energía hidroeléctrica desde Quebec, reduciendo significativamente las emisiones de carbono en Nueva Inglaterra. En concreto, la línea de transmisión eléctrica, de 145 millas de longitud, proveerá de 1.200 megavatios (MW) de energía hidroeléctrica a la red de Nueva Inglaterra en Lewiston (Maine).
La línea se construye en terrenos de propiedad o gestionados por la Central Maine Power. Una vez construida, será la fuente de energía renovable más grande de Nueva Inglaterra y representará un cambio energético fundamental para el Estado, alejámdolo del uso de combustibles fósiles. Podrá satisfacer la demanda de 1,2 millones de hogares y, de acuerdo con Iberdrola, supondrá a los clientes un ahorro de 190 millones de dólares al año.