Las renovables contienen hoy el precio de la luz por debajo de los cien euros. Más de 117 euros llegó a costar el megavatio hora el pasado viernes, menos de 100 costará hoy. Las horas más baratas, las de la madrugada, han quedado incluso por debajo de los 90. La más caras sonarán entre las 09.00 y las 10.00 de la mañana y entre las 20.00 y las 23.00, todas ellas en torno a los 115 euros. ¿Precio medio diario para hoy? 99,76 euros. La eólica contiene el alza en la madrugada, cuando la demanda es menor. Por horas, las que más veces establece el precio de la luz es la hidráulica (once horas). El precio medio diario de la electricidad en el mercado mayorista bajará este lunes por tercer día consecutivo hasta caer por debajo de los 100 euros por megavatio hora (99,76 €/MWh). De esta manera, el precio de la luz en el pool eléctrico vuelve a alejarse del precio medio diario top que marcó el pasado viernes, 117,14 euros/MWh, el segundo más alto de toda la historia.
La caída del precio de la luz el lunes sigue la estela del descenso que ha registrado el sábado y el domingo, días ambos de fin de semana que suelen registrar siempre un abaratamiento del precio, debido a la menor demanda. El mercado eléctrico mayorista ha registrado hoy un mínimo de 85,84 euros/MWh (entre las 04.00 y las 05.00 horas), mientras que el máximo horario será entre las 21.00 y las 22.00 horas, con 115,54 euros/MWh, según datos de OMIE recogidos por Europa Press.
En lo que va de agosto, el mercado mayorista (coloquialmente conocido como pool) ha pulverizado todos sus máximos y apunta, cuando ya se ha superado su ecuador, a un precio medio para el mes por encima de los 100 euros/MWh. Los cinco primeros días de la pasada semana marcaron una cifra máxima tras otra, con esa cota histórica, hasta ahora, del viernes 13 de agosto, de un precio medio diario de 117,29 euros/MWh.
En la factura de la luz no solo pagamos luz
El precio del kilovatio hora -informa Europa Press- tiene un peso cercano en la factura de en torno al 24%, mientras que alrededor del 50-55% corresponde a los peajes (el coste de las redes de transporte y distribución) y cargos (los costes asociados al fomento de las renovables, a las extrapeninsulares y las anualidades del déficit de tarifa) y el resto, a impuestos.
Las oscilaciones en el precio diario afectan a los consumidores acogidos a la tarifa regulada (la denominada Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), algo más de 10 millones, mientras que estarían exentos los que están en el mercado libre (unos 17 millones), ya que cuentan con un "precio" pactado con su compañía. En todo caso, en los clientes con contrato no PVPC (o sea, en clientes con contrato con comercializadoras del mercado libre), la repercusión de la subida del precio de la luz en el mercado mayorista llega siempre a medio plazo, porque las comercializadoras acaban siempre repercutiendo las subidas del mercado mayorista a sus ofertas. Según la agencia Europa Press -que cita como fuente primera a "expertos del sector"-, el 88% del consumo eléctrico de España tiene contrato con precios fijos.
Según algunos analistas, el incremento del precio de la luz es debido al incremento del precio del gas natural, que es la materia prima que queman las centrales de ciclo combinado para generar electricidad, y al incremento del precio del CO2 (la legislación europea obliga a pagar una cantidad por tonelada de CO2 emitido). Ambas subidas habrían tirado del precio al alza hasta situarlo a los niveles top en los que se encuentra estos días.
El precio del CO2 ha subido un 207% en los últimos dos años. El precio del gas también ha subido mucho. A saber: mientras que el precio medio del gas natural de 2020 negociado en Mibgas (mercado ibérico del gas) para el contrato del día siguiente fue de 10,25 €/MWh (el más bajo de la serie histórica de Mibgas), el precio del gas Mibgas está ahora en los 41,88 €/MWh. O sea, que el gas ha subido en estos dos años un 401,5%. Eso sí, lo cierto es que apenas el 10,5% de la electricidad que hoy compraremos va a salir de centrales de ciclo combinado. El 22,7% saldrá de las centrales nucleares. El 66% restante, de las renovables, los residuos y la cogeneración.
Según algunos analistas, la culpa de la escalada del precio de la luz la tienen el gas y el CO2, cuyos respectivos encarecimientos habrían disparado el precio de la electricidad. Otros señalan al mecanismo de formación del precio como el responsable de la subida del 341% que ha registrado ese precio en el último año (240% si tomamos como referencia el año 2019, último año antes del Covid).
¿Y cómo funciona ese mecanismo?
Ya lo hemos contado en más de una ocasión, pero quizá conviene repetirlo aquí, siquiera sea grosso modo. El operador del sistema eléctrico nacional -Red Eléctrica de España- prevé una demanda dada para cada día. Por ejemplo, mañana necesitaremos 100 megavatios hora cada hora del día (es solo un ejemplo). A continuación se celebra una subasta en la que pujan todas las tecnologías (sean limpias, sucias, modernas o antiguas). Imaginemos -hipótesis de trabajo- que la demanda estimada (la electricidad que va a necesitar el país) es 100, por ejemplo. Pues bien, la nuclear y las renovables pujan en la subasta que se celebra en ese mercado (coloquialmente conocido como pool) a cero. ¿Por qué a cero? Pues porque las renovables tienen que vender lo que producen cuando lo producen (no se puede almacenar el viento) y porque a la nuclear, dadas sus características técnicas, le resulta más barato operar en modo fijo, y no andar parando y arrancando, parando y arrancando, parando y arrancando en función de la demanda. Así las cosas -y dicho sea grosso modo-, nuclear y renovables (entendidas estas por fotovoltaica y eólica) pujan siempre a cero euros (0€) para que siempre entre en el mercado la electricidad que producen, o sea, para vender toda la electricidad que generan.
Si entre todas ellas (nuclear y renovables) no suman 100 (suman 80, por ejemplo), entra a continuación (pongamos por caso) la termosolar, que es una tecnología renovable que sí puede almacenarse, dado que tiene tanques de sales térmicas que acumulan el calor del Sol diurno y liberan ese calor por ejemplo por la noche para producir electricidad con él entonces. La termosolar, que solo tiene en España 800 megavatios con almacenamiento, puede así ofertar un precio de, por ejemplo, veinte (20€ en vez de 0). Si con la termosolar no hay suficiente tampoco para llegar a 100 (si con la termosolar suman 90 ó 95, por ejemplo), entra cualquier fuente de energía que se pueda almacenar (residuos que podemos almacenar en vertederos, agua que podemos almacenar en pantanos, gas que podemos almacenar en tanques). Todas esas fuentes de energía pueden esperar a que la subasta vaya calentándose, vaya encareciéndose, para entrar en el último minuto (a diferencia de lo que ocurre con la eólica y la fotovoltaica -no almacenables- o la nuclear -condicionada técnico/económicamente-, como se ha dicho).
¿Y qué está ocurriendo? Pues que el gas y el CO2 se han encarecido en los mercados internacionales. Y las centrales térmicas de ciclo combinado que queman gas natural para producir electricidad tienen que vender su electricidad más cara para cubrir costes y obtener su margen de beneficio. Eso está encareciendo la electricidad. Sí. Pero el agua está encareciéndolo todo aún más.
La hidráulica estima “a cuánto puede ofertar el gas para cubrir costes y obtener un margen de beneficio” y, una vez hecha esa estimación, los señores del agua ofertan en la subasta un ápice por debajo y se adjudican el megavatio. Por ejemplo, la hidráulica estima que el gas podría ofertar a 99,77 euros el megavatio hora. Pues bien, los señores del agua van y dicen: pues yo puedo generar ese megavatio hora a 99,76 euros… y se lo adjudican. Cobran 99,76 euros por ese megavatio aunque la hidráulica está produciendo ese megavatio hora a 3 euros (eso es lo que le cuesta generar un megavatio hora a una central hidroeléctrica, que no tiene que comprar gas en los mercados internacionales para producir electricidad, ni tampoco va a emitir CO2 en ese proceso, porque el agua es una fuente renovable y limpia de energía). Es decir, que la hidráulica aprovecha la subida en los mercados internacionales del combustible que utiliza su competidor (el gas) para hacer el agosto.
Y lo hace porque puede. Porque la hidráulica puede mantener el grifo cerrado y no soltar el agua que mueve la turbina hasta que el precio de la subasta sea lo suficientemente atractivo, o elevado. Es lo que algunos llaman coste de oportunidad y otros denominan especulación. Especulación con un bien público, el agua. Agua cuyo uso obedece además a una concesión del Estado.
Hasta aquí, los actores; ahora, el escenario: el mercado marginalista
El legislador ha ideado un mercado eléctrico, y ha establecido unas reglas determinadas, según las cuales el precio 99,76 que cierra la subasta de hoy, el precio último, el precio que casa la demanda con la oferta (el precio del megavatio 100, si se me permite), es el precio que cobrarán todos los megavatios, los 99 megavatios anteriores: o sea, los que pujaron a 0€, los que pujaron a 20€ y los que pujaron a 40. Todos, todos, todos los megavatios van a cobrar a razón de 99,76 €. ¿Resultado? Como bien apuntan por ahí algunos analistas, estamos pagando panga a precio de caviar. ¿Otro resultado? Todos los generadores están contentos: el gas (que repercute en ese precio sus costes crecientes: combustible y CO2), las renovables (las que participan en ese mercado, porque hay muchas renovables que tienen un precio previo tasado y no participan ahí) y, por fin, la nuclear (que produce aproximadamente el 20% de la electricidad que usa cada año este país) y la gran hidráulica (que produce aproximadamente el 15%).
¿Y el resultado concreto para el día de hoy?
Pues el resultado concreto es que el precio medio diario de la electricidad en el mercado mayorista (coloquialmente denominado pool) ronda los cien euros.