Los mayas y los aztecas pensaban que el alga espirulina era el "alimento de los dioses". Ahora, este alga, especialmente popular en el mundo de los suplementos alimenticios dedicados al fitness, inicia un nuevo camino hacia el espacio. Pero antes de llegar hasta las estrellas está "repostando" en Italia, donde Enel Green Power, el Consorzio Sviluppo Aree Geotermiche (Co.Svi.G) y la spin-off Fotosintetica & Microbiologica, surgida de la Universidad de Florencia, trabajan en un proyecto para la producción en un ambiente geotérmico, a mayor escala y menor precio, del alimento tan apreciado por los pueblos mesoamericanos.
Enel explica en su página web que el proyecto arrancó hace un año con la construcción del primer invernadero en el mundo para el cultivo del alga espirulina calentada con el calor proveniente de la Tierra y con un uso inteligente y sostenible del CO2 residual producido por las centrales geotérmicas. En las instalaciones de Chiusdino, de 125 m2, este alga verde-azul se cultiva en recipientes abiertos y fotobiorreactores a un ritmo de 60 gramos al día.
El calor del invernadero proviene de la central geotermoeléctrica que Enel tiene en la zona. La planta, en funcionamiento desde 2011 y con una potencia instalada de 20 MW, produce unos 150 millones de kilovatios hora al año, evitando la emisión a la atmósfera de 100.000 toneladas de CO2 y ayudando a ahorrar en combustibles fósiles el equivalente a 32.000 TEP (toneladas equivalentes de petróleo) al año, según los datos de Enel.
Superalimento para el espacio
La compañía afirma que los resultados conseguidos durante los primeros doce meses de experimentación son más que alentadores, ya que el invernadero calentado con la energía geotérmica puede producir un 25% más de alga espirulina con un 30% menos de los costes necesarios en otros ambientes. Algo determinante para aumentar la producción de este alga, rica en proteínas, con propiedades antibióticas y antivirales y una de las mayores fuentes de nutrientes disponibles para el ser humano.
Además, la espirulina previene enfermedades cardiovasculares y posee una característica de particular importancia en el espacio: su peso, ya que un kilo del alga tiene el mismo valor nutritivo que unos 1.000 kilos de verdura. Debido a todas estas características, la NASA ha considerado la espirulina como potencial fuente de alimentación para los astronautas en misiones de larga duración a la Luna o, en el futuro, a Marte.
El proyecto ha despertado, además, gran interés entre las instituciones locales toscanas, que piensan en las perspectivas comerciales que ofrece el proyecto y confían en la posibilidad de crear todo un sector para el cultivo del alga para su uso farmacéutico y alimentario gracias a la geotérmica. Un recurso bien conocido en la región, donde la producción de electricidad geotérmica comenzó a principios del siglo XX en Larderello y en la actualidad da luz a más de 10.000 usuarios privados e industriales.