En un comunicado se explica que han sido 18 meses de trabajos realizados por el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes de la Universidad de Chile (CEGA) para llegar a construir tuberías para un invernadero de 70m2 y un secador de productos agrícolas y madera que aprovechan una de las zonas de mayor actividad geotérmica del país.
De hecho, se explica que en la zona existen “decenas de surgencias con temperaturas que van desde 20 °C hasta 82 º C, dando origen a las reconocidas termas, fuente turística y principal ingreso económico del lugar”.
Así, la construcción y puesta en marcha de este invernadero permitirá “romper la estacionalidad y generar autonomía alimentaria a la comunidad local”.
El geólogo e investigador del CEGA, Diego Aravena, explicó que el proyecto consiste en tomar el agua que brota naturalmente a una alta temperatura, y hacerla circular por el interior del invernadero y secador. “Usamos una bomba hidráulica para distribuir el agua caliente a través de tuberías en el interior del invernadero -dijo, y agregó-: Luego el agua pasará por un intercambiador de calor para calentar aire, el que será distribuido. Por último, el agua se descargará a una zona aledaña al río donde puede ser aprovechado para bañarse”. El investigador también destacó el hecho de que “de replicarse, podría ayudar a que en zonas aisladas puedan cultivar sus propios alimentos y tener un mínimo de autonomía e independencia local.
El gerente de la CRDP, Ángel Beroiza, dijo que esta iniciativa permitirá “mostrar a la comunidad local otros usos y aplicaciones para la energía geotérmica, complementario al uso recreativo que se da a propósito de las termas, pero que identifica el potencial productivo que puede tener su uso racional en la agricultura y otros proyectos orientados a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de esta zona cordillerana, como podría ser un futuro proyecto de calefacción distrital”.