Rafael Rodríguez y María Berlarmina, ambos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo, indican que el sistema que han desarrollado es "semiempírico" (entre matemático y experimental) y permite estimar la cantidad de calor que podría aportar cada galería a partir de estudios realizados mientras todavía está activa, según recoge el portal sinc (Servicio de Información y Noticias Científicas).
Según explica Rafael Rodríguez, la razón de actuar cuando la mina está todavía abierta es que es más fácil acceder a las galerías para tomar los datos necesarios sobre ventilación, propiedad de las rocas, etc. Además se pueden realizar sondeos y diseñar mejor los circuitos, e incluso programar el cierre de algunos tramos para dedicarlos a la obtención de energía geotérmica. Una vez clausurada la mina esta facilidad desaparece, si bien se podría seguir aprovechando la energía geotérmica.
Rodríguez y Díaz añaden que la construcción de calderas geotérmicas en galerías de mina, además de que se puede predecir su producción, funciona prácticamente como un sistema abierto de tuberías, pero sin ningún riesgo de contaminación térmica al acuífero. El uso de la energía geotérmica también permite reducir las emisiones de CO2 y es independiente de las condiciones climáticas.
El estudio realizado por los dos ingenieros se centra en el aprovechamiento geotérmico de una galería tipo de dos kilómetros de longitud en la que, a una profundidad de 500 metros, la temperatura de la roca ronda los 30ºC, situación habitual en muchas zonas mineras de Asturias, pero es replicable en muchas otras zonas del mundo.
Más información:
http://plataformasinc.es