La cubierta, una patente internacional de la empresa Celemin Energy, consigue un triple objetivo. El sistema diseñado, al instalarse en las balsas de riego de los campos y fincas agrícolas, evita que el agua de las mismas se evapore. Impide la formación de algas y depósitos de residuos reduciendo el coste energético de filtrado del agua. Y consigue obtener energía eléctrica para el riego de una forma totalmente limpia.
Las virtudes del sistema se cuantifican en el ahorro de 1.000 litros de agua por m2 de superficie cubierta, aproximadamente el 10% del volumen de agua que se utiliza anualmente, y en la generación de 1.300 kWh/m2 al año a través de los paneles solares fotovoltaicos, electricidad que se usa para accionar los sistemas de riego que se utilizan en la agricultora o en mejorar el balance energético del regadío.
El objetivo de este sistema, explica Emilio Pons, es “contribuir a paliar la actual situación de la agricultura de regadío, mediante la producción eléctrica, con ingresos por venta de energía, reduciendo el consumo en el filtrado y minimizando las pérdidas de agua por evaporación, mediante un ahorro hídrico, energético y económico, que al fin y al cabo busca la ‘Agroeficiencia’ en el sector agrícola”.
La primera instalación ya se ha materializado en la Central de Producción de Energía Fotovoltaica situada en la Virgen de la Paz de Agost, en la balsa de riego “El Negret”.
Para el Decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante (COIAL), Baldomero Segura, “este sistema de cubiertas flotantes fotovoltaicas es un ejemplo de apuesta por la I+D+i en energías renovables vinculadas al medio rural, que todavía está por desarrollar y necesita el impulso de las Administraciones, al tiempo que es un ejemplo de la multidisciplinariedad de los ingenieros agrónomos y del relevante papel que esta profesión y colectivo puede jugar para crear un medio agrario viable y sostenible”.
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