Situado a medio camino entre Hawai y Nueva Zelanda, país del que depende administrativamente, el archipiélago de Tokelau disfruta de este sistema solar, que ha sido financiado por el gobierno neozelandés, desde diciembre de 2012. El sistema está preparado para soportar vientos huracanados por encima de los 200 km/h y ha sido instalado por la compañía neozelandesa Powersmart. Está formado por un total de 4.032 paneles repartidos entre los atolones de Fakaofo, Atafu y Nukunon, que suman en total 1 MW de potencia y generan toda la electricidad necesaria en el archipiélago.
Hasta su instalación, los aproximadamente 1.500 habitantes de Tokelau dependían de generadores alimentados con diésel, que debían importar de Nueva Zelanda, a un coste anual de unos 810.000 dólares.. El sistema solar ha costado 6,1 millones de dólares, pero teniendo en cuenta los precios actuales del diésel se espera que quede amortizado en menos de diez años.
De acuerdo con Mike Bassett-Smith, director de Powersmart, la instalación de Tokealu puede servir de ejemplo en el Pacífico. De hecho, las vecinas Islas Cook y el archipiÈlago de Tuvalu también pretenden abastecerse completamente a partir de energÌas renovables para el año 2020. En su caso, además de la energÌa solar, se baraja el uso de biocombustibles obtenidos a partir del coco.