El novedoso módulo dispone de un pigmento que, según Siliken, "por la noche genera una luminiscencia entre las células fotovolaicas en ambas caras del módulo". Este pigmento, añade la empresa en nota de prensa, "puede ser de varias tonalidades y con él se pueden realizar efectos y figuras que pueden singularizar una fachada o cubierta emblemática".
La empresa valenciana, que nació en 2001, ha pasado de facturar poco más de cinco millones de euros en 2004 a superar los 140 en 2007. La evolución de su plantilla también ha sido espectacular, pues si en 2005 la empresa contaba con 65 empleados, actualmente supera el medio millar de trabajadores.
En breve, la firma asegura que abrirá una nueva planta de producción de módulos en Tenerife y, durante 2008, otra en California. Ambas se unirán a las ya existentes de Rafelbunyol (Valencia) y Casas Ibáñez (Albacete).
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