Los países de la Unión Europea deben seguir trabajando para poder cumplir con los objetivos de descarbonización, que surgen de los distintos encuentros, estudios y acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, la COP o el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). En este marco internacional, cada país desarrolla sus planes de descarbonización cuyos resultados deben ser reportados a Bruselas, como, por ejemplo, en España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
El papel de las empresas energéticas para afrontar los desafíos del cambio climático es clave; su expertise es necesario para definir qué soluciones renovables son óptimas para alcanzar el escenario de cero emisiones netas en el contexto de cada país. En este sentido, Shell está comprometida a ser un actor líder en el progreso hacia la descarbonización en los países en los que opera y en colaboración con otros stakeholders: desde las administraciones a socios locales.
Cuatro pilares
Shell inició su actividad en el sector de las renovables en España en 2018. Con el objetivo de generar un impacto positivo en la sociedad, en sus operaciones y en los mercados en los que opera, el gigante energético presentó su estrategia ‘Powering progress’ (Impulsando el progreso) que materializa este compromiso en un plan basado en cuatro pilares: generar valor para los accionistas, respetar la naturaleza protegiendo al medioambiente, impulsar vidas a través de sus productos y actividades, y lograr el cero neto trabajando con sus clientes en los diferentes sectores.
Dentro de esta estrategia, Shell Energy, división del grupo centrada en el desarrollo de soluciones energéticas totalmente integradas y bajas en carbono, desempeña un papel fundamental para acelerar la transición energética. Así es como en Shell se han reducido las emisiones de carbono de las operaciones en un 30% en comparación con 2016, lo que sitúa a la compañía más cerca de su objetivo de reducción del 50% para 2030, tal y como refleja el Energy Transition Strategy.
Para alcanzar estos objetivos, Shell ha invertido en 2022 más de 4.000 millones de dólares en toda la cadena de valor de energías renovables; desde la investigación hasta el desarrollo tecnológico e implementación. Dentro de estas inversiones destacan numerosos acuerdos que la compañía ha llevado a cabo con desarrolladores y empresas líderes en energía solar fotovoltaica como Foresight, Solaria y SunCo.
En nuestro país, Shell ha adquirido recientemente 12 proyectos solares fotovoltaicos a Isemaren, con una capacidad total de 1,1 GWp, que se suman al porfolio de 10 proyectos solares adquiridos a la empresa sevillana Green Tie Capital el pasado año. Los 22 proyectos solares fotovoltaicos poseen una capacidad total de 3,1 GWp y se encuentran en distintos estadios de desarrollo. Este pipeline se incorpora a los desarrollos que el equipo en España está llevando a cabo y cuyos proyectos en un estado más avanzado se esperan tener en operación en 2026.
Mix de tecnologías renovables
Según Celia Roldán García, directora de Onshore Power Iberia de Shell, “el porfolio existente refleja el compromiso de Shell con la generación de energías renovables en nuestro país, cuya ambición de originar nuevos proyectos promoviendo un mix de tecnologías contribuirá a la descarbonización de todos nuestros clientes y socios”.
La energía solar en España es la fuente renovable de mayor crecimiento y menor coste disponible en la actualidad: a medida que la tecnología fotovoltaica avanza, aumenta su aplicabilidad en diversos sectores. A 31 de diciembre de 2022, la solar fotovoltaica representaba el 16,6 % de la potencia instalada nacional, dato que le ha permitido superar a la hidráulica como fuente renovable.
De hecho, los últimos informes de energía señalan que España es uno de los mayores mercados de energía solar de Europa. Nuestro país es la segunda nación europea que más energía produce a partir del viento y del sol, y la tercera que más potencia en servicio tiene, solo detrás de Alemania y Países Bajos. De acuerdo con la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), 2023 será un año clave para la transición energética española ya que se estima que las energías renovables alcancen el 50% de la generación eléctrica anual, con un aporte previsto del 42% proveniente de la energía eólica y solar.
La estimación a futuro indica que en los próximos diez años se movilizarán 20.000 millones de euros de inversión pública y privada solo en energía fotovoltaica, una oportunidad para consolidar al sector y convertir a España en un hub fotovoltaico internacional.
Shell Energy, gracias a su expertise, capacidad de inversión y presencia en toda la cadena energética, es un gran socio para el impulso de la transición energética y creación de mercado. El esfuerzo conjunto de las compañías energéticas y la cooperación y la colaboración, especialmente entre gobiernos y organizaciones no gubernamentales, empresas y consumidores, son cruciales para impulsar la transición energética al ritmo y escala adecuados, y asegurar su éxito.