El inicio de la fotovoltaica en Brasil puede marcarse en 2012, cuando comenzó a instalarse potencia significativa, con poco más de 7 MW. Cinco años después ya se superaba el gigavatio instalado anual, pero sin duda el despegue ocurre en 2019, cuando se instalan 4,5 GW.
Ese mismo año, la fotovoltaica fue la fuente más competitiva entre las renovables en las dos subasta de energía que se hicieron, con precios medios por debajo de los 21 dólares por MWh.
Para este año, las estimaciones son que se instalen 12,5 GW, dos tercios de ellas en generación distribuida. Desde 2012, la fotovoltaica ya ha traído cerca de 7 mil millones de dólares en nuevas inversiones al país y ha generado más de 240 mil empleos acumulados.
Hoy día hay 3,1 GW de potencia instalada en el segmento de generación centralizada, equivalente al 1,7 % de la matriz eléctrica del país, y hay 4,9 GW en el de la generación distribuida.
En los últimos siete años, la generación solar distribuida ha tenido un crecimiento promedio del 231 % anual. Aunque ha avanzado en los últimos años, y pese a tener uno de los mejores recursos solares del planeta, todavía hay un mercado muy pequeño en generación distribuida, ya que existen más de 86,3 millones de consumidores de electricidad y menos del 0,6 % hacen uso del sol para producir electricidad.
Se espera que la capacidad instalada de energía solar fotovoltaica supere los 124 GW para 2050, lo que representará el 38 % de la matriz eléctrica nacional.
Esto hará de Brasil un líder en fuentes renovables, pero aún dejará al país solo en el puesto 13 en lo que respecta a la participación combinada de fuentes solares fotovoltaicas y eólicas, debido a la fuente hidroeléctrica, que seguirá siendo muy significativa.