Fred Olsen Renovables y la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) han anunciado que van a probar en aguas de Canarias una planta de energía fotovoltaica flotante en el marco del proyecto europeo Boost (Bringing Offshore Ocean Sun to the global market). El proyecto Boost (que se puede traducir por Traer el sol de las aguas oceánicas al mercado global) está liderado por la empresa noruega Fred Olsen Renovables, tiene un presupuesto superior a los 4 millones de euros y tendrá una duración de 30 meses. El consorcio que va a llevar a cabo este proyecto está integrado por las entidades susodichas (Fred Olsen y Plocan), Ocean Sun (Noruega), Innosea (Francia) y el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC).
La energía solar fotovoltaica (FV) se ha convertido en la tecnología energética de más rápido crecimiento en el mundo, con un mercado global anual que superó por primera vez en 2018 el nivel de los cien gigavatios de potencia instalada en un solo año (+100 GW). Volvió a superar ese listón en 2019 y todo apunta a que en 2020, incluso bajo la sombra del Covid, va a lograrlo de nuevo. Lo idóneo es situar las instalaciones FV cerca de los centros de demanda para evitar costes de transporte de energía, pero en muchas ocasiones es complicado encontrar las superficies idóneas (del tamaño deseado) cerca de las áreas con gran densidad de población y elevadas demandas.
Esto es especialmente problemático -explican en Plocan- en Europa, que tiene, con mucha diferencia, el tamaño medio de planta solar fotovoltaica más pequeño del mundo. Así, ha comenzado a prosperar en el Viejo Continente una solución alternativa al suelo: las plantas fotovoltaicas flotantes, que en la actualidad se concentran en embalses y lagos. Pues bien, ahora, Fred Olsen, Plocan y compañía da un paso más y se echan al mar. "Las plantas fotovoltaicas flotantes marinas aún se encuentran en una etapa incipiente -explican en Plocan- debido a los desafíos adicionales que suponen las condiciones del mar abierto: las olas y los vientos son más fuertes, lo que implica que la capacidad de amarre, fondeo y carga dinámica se vuelve aún más crítica debido a la mayor frecuencia de altas cargas de olas y viento".
Pues bien, el proyecto Boost abordará estos desafíos con un nuevo sistema de planta fotovoltaica flotante inspirado en parte en la tecnología de flotación y amarre que se ha utilizado durante 20 años en aguas de Noruega por la industria de la piscicultura. Esta tecnología de flotación y amarre se combina con una membrana hidroelástica flotante disruptiva y patentada (menos de un milímetro de grosor) que está unida a un perímetro exterior de tubería flotante para que el flotador no sea arrastrado por el amarre, incluso con fuertes corrientes, vientos y olas. La validación de esta tecnología en aguas marinas no abrigadas que lidera el consorcio -informa Plocan- permitiría alcanzar una capacidad instalada de 1.750 megavatios en 5 años, contribuyendo a evitar una emisión de 4.120 kilotoneladas de CO2 (como cada planta fotovoltaica tendría una duración de al menos 25 años, el impacto a largo plazo es 5 veces mayor). El proyecto Boost recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención Nº 965671.