En agosto pasado, un equipo de investigación del Laboratorio Argonne comenzó a examinar los beneficios potenciales del establecimiento de un hábitat de polinizadores en las grandes instalaciones de energía solar para ayudar a conservar los insectos amenazados. Al observar unas 2.800 de estas instalaciones, el equipo concluyó que el área alrededor de los paneles solares podría proporcionar una ubicación ideal para las plantas que atraen a abejas y mariposas y otros insectos polarizadores.
Se espera que EEUU agregue más de 24.000 km2 de parques e instalaciones solares para el año 2050, así que espacio no falta. Sin embargo, a menudo la tierra donde se instalan se cubre con grava o se planta césped. La investigación ha demostrado que en muchos de ellos sería mejor cultivar especies de plantas nativas, como praderas o flores silvestres, en torno a las cuales prevalecen los polinizadores.
Los investigadores también descubrieron que la plantación de hábitats de polinizadores en instalaciones solares situadas cerca de tierras agrícolas podría mejorar drásticamente el rendimiento de los cultivos, generando hasta 4.000 millones de dólares en ingresos agrícolas. Actualmente, ecólogos de la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York) están realizando investigaciones sobre qué combinaciones de flores silvestres y pastos proporcionan el mayor apoyo para los polinizadores.
Otro estudio realizado en Reino Unido en 2016 ya indicó que las plantas solares tienen un impacto positivo en la biodiversidad para una variedad de especies de plantas y animales cuando se combinan con un plan de manejo de la tierra apropiado, en particular, plantas de hoja ancha, pastos, mariposas, abejorros, y pájaros.
De acuerdo con la información publicada en la web de Argonne, una compañía solar con sede en Minnesota (no cita el nombre) ya está ha plantado cientos de metros de vegetación amigable para los polinizadores en sus diferentes ubicaciones. Y utilizando los enclaves para albergar colmenas de abejas.