Corría el verano de 2015 cuando el Ministerio lanzó el borrador de real decreto que regulaba el autoconsumo. Se trataba de un texto aún más restrictivo que el finalmente aprobado en octubre de ese mismo año. La movilización del sector y de los agentes sociales –con la ayuda de las redes sociales– y el oportunismo de la oposición –que vio una gran oportunidad para erosionar la imagen del PP– sometieron al Ministerio y al Gobierno a una presión social en el ámbito energético y medioambiental sin precedentes.
Los mensajes lanzados al respecto de la injusticia que supondría el “impuesto al sol” calaron en la sociedad, que percibió cómo el Gobierno se ponía, nuevamente, al servicio de los intereses de las grandes corporaciones del sector eléctrico. Fruto de esta presión social y mediática el Ministerio, liderado por José Manuel Soria y comandado en materia energética por Alberto Nadal, se vio obligado a recular. Lo hizo de manera muy tangencial: en el Real Decreto finalmente aprobado eliminó, entre otros, los cargos variables únicamente a las pequeñas instalaciones de autoconsumo, entendiendo como tales las instalaciones destinadas a consumo propio con potencia contratada no superior a 10kW.
La medida era meramente propagandística puesto que, con la normativa aprobada, el sector doméstico carecía, y carece, de potencial para el desarrollo del autoconsumo en España. No obstante, el Gobierno la vendió como una medida a favor de los consumidores para tratar de lavar su dañada imagen.
Sin embargo, poco ha tardado el Gobierno en mostrarnos cuál es su verdadera postura al respecto del autoconsumo. Así lo evidencian los desarrollos normativos más recientes en los que ha aprovechado para realizar cambios en contra de las instalaciones de autoconsumo, como por ejemplo, las ubicadas en las Islas Baleares.
Entre ellos, el más significativo ha consistido en eliminar la referencia a la exención del pago de cargos variables a los pequeños autoconsumidores ubicados en la península. Cabe recordar lo que recogía el último párrafo del tercer apartado de la disposición transitoria primera del Real Decreto 900/2015:
“No obstante lo anterior, los consumidores acogidos a la modalidad de autoconsumo tipo 1 conectados en baja tensión cuya potencia contratada sea inferior o igual a 10 kW estarán exentos del pago del cargo transitorio por energía autoconsumida previsto en este apartado”.
La redacción de ese párrafo otorgaba la exención a cualquier autoconsumidor que reuniese las características indicadas, con independencia de la ubicación geográfica de su instalación de autoconsumo.
Ahora bien, la orden de peajes aprobada para el año 2017 elimina, en el apartado primero de su anexo, cualquier referencia a esta exención a los pequeños autoconsumidores; simplemente se limita a detallar cuáles serán los cargos que serán de aplicación este año. Se podría pensar que esta omisión no afecta a la exención y que, por tanto, los pequeños autoconsumidores siguen libres de pagar los cargos variables por autoconsumo. De hecho, en la página web del Ministerio se sigue informando al respecto dicha exención.
No obstante, existe un argumento que rebate lo anterior. La citada orden de peajes indica expresamente que los pequeños autoconsumidores de las Islas Baleares seguirán exentos de este cargo con el siguiente texto (apartado 2.2 del Anexo de la orden de peajes):
“Los consumidores acogidos a la modalidad de autoconsumo tipo 1 conectados en baja tensión cuya potencia contratada sea inferior o igual a 10 kW estarán exentos del pago del cargo transitorio por energía autoconsumida previsto en este apartado”.
Es decir, se ha limitado la cobertura de la exención únicamente a una parte de los autoconsumidores. Así pues, todo parece indicar que no se trata de un error del Ministerio sino de algo pensado, calculado y redactado de forma tan sibilina que son precisas varias lecturas antes de caer en la cuenta. Es tan sutil, que este cambio ya se puso de manifiesto en la orden de peajes del ejercicio anterior, sin que prácticamente nadie cayera en la cuenta. A ello ayuda el hecho de que hasta la fecha no hayan sido aplicados los cargos al autoconsumo.
Esta medida supondría una nueva piedra en el camino al potencial pequeño consumidor peninsular que quiera instalar un sistema de autoconsumo en su vivienda o negocio, así como a las empresas instaladoras que desarrollan su actividad en este sector. Esta retirada del poco apoyo que existía por parte del Gobierno al autoconsumo conseguirá defenestrar de manera definitiva una de las vías naturales de crecimiento del autoconsumo en nuestro país. Hay que tener en cuenta que la exención del cargo variable daba algo más de viabilidad financiera a estas pequeñas instalaciones de autoconsumo, al adelantar en unos 7 u 8 años el periodo de recuperación de la inversión.