La solución, denominada EVO 2.0, consiste en una sucesión de cepillos metálicos colocados entre la parte trasera de los paneles y el tejado. Los cepillos llevan cerdas de polipropileno tratado con anti-UV para evitar la cristalización y alambre de acero inoxidable con bajo contenido en carbono para evitar la corrosión.
“Gracias a estos cepillos anti intrusos se crea una barrera impenetrable, y las palomas, los murciélagos y las hojas ya no tienen acceso bajo los paneles fotovoltaicos”, afirma la compañía en su página web. Añade que el cepillo EVO 2.0 es muy ligero, y se coloca fácilmente en los canalones y en el perímetro de los paneles fotovoltaicos. Además, se adapta a todo tipo de tejados, y es prácticamente eterno.
“Este disuasor de palomas no restringe en modo alguno la circulación natural del aire bajo los paneles, y mucho menos el flujo de la lluvia. También es el único disuasor de aves que no anula la garantía de los paneles”, añaden.
De acuerdo con la empresa, la suciedad causada por las palomas y otros pájaros en las instalaciones solares puede llegar a reducir la producción de energía hasta en un 30%. El peor daño se produce bajo los paneles, donde la acumulación de residuos puede provocar cortocircuitos y estos causar incendios.