El primer vuelo de Solar Impulse ha sido todo un éxito. Hasta ahora solo había dado lo que en el argot se conoce como un salto de 1 metro a lo largo de 350 metros, unos segundos en el aire casi a ras de suelo. Fue el pasado mes de diciembre (www.energias-renovables.com). Hoy ha demostrado lo que todo el trabajo previo mostraba: las 12.000 células fotovoltaicas que cubren el ala del avión generan la electricidad suficiente para que el aparato, con la misma envergadura de ala que un Airbus 340 (63,4 metros) y 1.600 kilos de peso, vuele.
Solar Impulse dispone de cuatro motores eléctricos de 10 caballos de potencia cada uno que se alimentan de la electricidad que generan las células fotovoltaicas, un tecnología capaz de proporcionar energía suficiente para mover los motores y cargar unas baterías de litio que garantizan la posibilidad de volar de noche.
El alemán Markus Scherdel ha pilotado el aparato. Tras hacerlo ha asegurado que “este primer vuelo ha sido para mí un momento muy intenso” y ha confirmado que el avión se ha comportado tal y como había predicho el simulador de vuelo. Lo conseguido hoy solo es un paso, ha indicado Bertrand Piccard. El promotor de la idea y presidente de Solar Impulse ha afirmado “que aún tenemos un largo camino hasta dar la vuelta al mundo”.
La primera misión del avión solar ha sido definida por André Borschberg, cofundador del proyecto, como “una hora y veintisiete minutos de emoción intensa después de siete años de investigación. El objetivo era verificar el comportamiento en vuelo y probar la reacción ante determinadas maniobras. El éxito nos permite afrontar el programa de trabajo con mayor serenidad”. Las células solares han demostrado que aportan al avión la potencia necesaria para despegar. La duda de si iba a ser posible aterrizar también ha quedado disipada.
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www.solarimpulse.com
