La Univesidad de Lleida ha informado que el sistema que se ha patentado es un disipador híbrido de altos flujos energéticos que reduce el calentamiento del receptor, aumentando la obtención de energía eléctrica y alargando la vida útil de la instalación. De esta manera, lo que se consigue es una mayor rentabilidad de las placas solares fotovoltaicas.
El sistema es fruto de tres años de investigación del Grupo de Energía para el Medio Ambiente y Agrometeorología de la UdL, que han culminado con una tesis doctoral. El profesor de la Escuela Politécnica Superior, Jeròme Barrau ha explicado que el disipador híbrido permite mejorar la uniformidad de temperatura de las células fotovoltaicas, incluso adaptando el perfil de temperatura a las necesidades específicas de la aplicación. "Esta particularidad aumenta la fiabilidad del generador fotovoltaico", asegura Barrau.
Según la UdL, la patente no tan sólo beneficia al sector de la energía solar, ya que el sistema desarrollado por el centro también tiene posibles aplicaciones en el ámbito de la microelectrónica. Los investigadores continuarán con el estudio sobre el enfriamiento de chips electrónicos que se utilizan en aparatos tan cotidianos como los ordenadores.
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