La Universidad de Berkeley desarrolla una célula fotovoltaica ultrafina

En un artículo publicado el pasado 21 de octubre en la revista Science, los autores explican que la célula está formada por nanocristales inorgánicos. Los autores del artículo dicen que los costes del sistema son comparables con los que implica la elaboración de polímeros orgánicos.

Entre las ventajas, Ilan Gur, uno de los autores, destaca que “los nanocristales conservan las propiedades de absorción de una banda ancha [de la radicación solar]”, tal y como hacen los semiconductores fotovoltaicos tradicionales. “Durante los últimos años, se ha considerado posible, teóricamente, la creación de una célula compuesta exclusivamente de nanocristales coloidales. Ahora, hemos demostrado un caso práctico y hemos presentado un mecanismo para llevarlo a cabo”, dice Paul Alivisatos, director de la división de ciencias de los materiales de la Universidad.

Eficiencia del 3%
El artículo revela cómo los investigadores sintetizaron cristales semiconductores de cadmio-selenio y cadmio-telurio. Los cristales se disolvieron en una solución para su posterior aplicación en un sustrato de vidrio. La película producida es unas 1.000 veces más fina que un pelo humano y convierte la luz solar en energía eléctrica con una eficiencia de aproximadamente un 3%, comparable con los polímeros orgánicos, aunque muy por debajo del silicio convencional que domina el mercado FV en la actualidad. No obstante, el silicio requiere unos proceso industriales mucho más caros. “Aún nos queda mucho camino que recorrer en cuanto a la eficiencia energética –dice Gur– pero nuestras células tienen un enorme potencial para reducir costes”.

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